LIBIA DENISSE Y SU CAMIONETA DE 4 MILLONES DE PESOS: UNA CONTRADICCIÓN DE SU DISCURSO.
GUANAJUATO UNA ENTIDAD POBRE
Con un discurso de “ayudar a quienes menos tienen” la panista y titular de SEDESHU Libia Denisse García Muñoz Ledo se congratula en cada discurso en el que incluso redunda una y otra vez sobre “ayudar”, en su speech que prepara para sus “giras de trabajo”, repite varias veces que está llegando a las familias “más necesitadas”; y mientras más repite, más olvida lo incongruente que es. Y es que, al repartir dádivas que no sacan de la pobreza a nadie, Libia va y viene en una camioneta para millonarios, vaya contradicción, dice querer ayudar a los guanajuatenses más vulnerables pero a la vez, gasta millones del erario en beneficios personales, y me refiero a la camioneta en la que viaja, una GMC Denali 2023 con un valor de más de 4 millones de pesos, ahí se nota el escenario contradictorio, pues, la ayuda hacia la población debería comenzar erogando menos para beneficios personales, y más para la gente que lo necesita.
La camioneta blindada de más de 4 mdp, la seguridad personal y el demás recurso público que se eroga para una sola persona, habla más de lo hampona que resulta Libia quien habla mucho pero demuestra poco si de querer realmente ayudar a los guanajuatenses vulnerables se trata.
Guanajuato, la crónica de una pobreza laboral anunciada.
De acuerdo con la organización México Cómo Vamos, la pobreza laboral en Guanajuato ocasiona que miles de familias no cuenten con la posibilidad de cubrir sus necesidades básicas con el salario que ganan, teniendo que depender de otro tipo de ingresos como son las remesas, los programas sociales y el trabajo informal.
En el estado de Guanajuato, los trabajadores son cada vez más pobres. De acuerdo con datos del INEGI, Guanajuato se ha colocado desde hace varios años como la sexta economía del país y constituye una de las regiones más atractivas para la inversión extranjera, todo lo cual hace pensar que su economía cuenta con características relativamente fuertes como para que ese impulso lleve a su población a mejorar sustantivamente su nivel de vida, como hoy sucede en otros estados de la República. Sin embargo, diferentes datos abordados en revelan la precariedad que existe en su economía y muestran la situación real que viven los trabajadores guanajuatenses.
En este sentido, la pobreza se convierte en uno de los principales obstáculos para el desarrollo del estado, porque un 39.8 de los trabajadores en empleos formales e informales no perciben los ingresos laborales suficientes para adquirir una canasta básica, de acuerdo con datos al tercer trimestre de 2022.
La pobreza laborar es un concepto utilizado para agrupar aquellas personas o familias cuyo ingreso laboral no le alcanza para cubrir las necesidades alimentarias básicas.
En el tercer trimestre del 2022 la población económicamente activa (PEA) de Guanajuato fue de 2,848,237 personas, con un salario promedio de $ 4,520 pesos mensuales. Tomando como referencia el cálculo del Coneval para ese periodo, el precio de una canasta básica alimentaria en zonas urbanas fue de 2 mil 81 pesos al mes por persona y de mil 598 pesos en zonas rurales. En primera instancia, si multiplicamos una canasta por cuatro integrantes promedio en una familia en México, nos arroja un resultado de $ 8,324 pesos para zonas urbanas y de $ 6,392 pesos. Si consideramos sólo el ingreso laboral de una persona por familia, es absolutamente insuficiente. Con dos ingresos promedio apenas y alcanzaría para los alimentos más básicos, sin contar los servicios de agua, luz, renta, transporte, entre otros gastos. Los datos muestran la realidad económica que viven las familias guanajuatenses día con día. Si comparamos el sueldo promedio de un guanajuatense con el de un trabajador en el estado de California, Estados Unidos, donde se gana en promedio $ 13 dólares por hora, nos damos cuenta de la abismal diferencia que existe en cuanto a la remuneración de los trabajadores dentro del estado.
Al identificar las causas de la pobreza en la entidad se observó que una de las más importantes está relacionada con los pocos años de estudio (9 años promedio) de los guanajuatenses, debido a la deserción escolar. Esta obedece, entre otras razones, a bajos ingresos familiares, pérdida del empleo del tutor, así como conflictos familiares que obligan a los estudiantes a trabajar. En Guanajuato en 2020 solo el 11.8 % de la población de 15 años o más contaba con una licenciatura y el grado de estudios predominante en la población es la secundaria, con 35.6 %. En contraste, a nivel nacional 17.5 % de la población de 15 años o más cuenta con licenciatura. Además, cinco de cada 100 personas en el estado de Guanajuato de 15 años y más no sabe leer ni escribir.
La pobreza en Guanajuato ocasiona que miles de familias no cuenten con la posibilidad de cubrir sus necesidades básicas con el salario que ganan, teniendo que depender de otro tipo de ingresos como son las remesas, los programas sociales y el trabajo informal. Del 2021 a 2022, las remesas se incrementaron un 8.6%, según datos del Banco de México.
Otro tipo de ingreso que también es buscado por las familias son los programas sociales otorgados por los distintos niveles de gobierno, que van desde entrega de dinero, calentadores solares, tinacos, despensas, entre otras cosas, con la finalidad de poder cubrir ciertos aspectos básicos de su vida.
Aún así, se presume la “Grandeza”, como si en realidad estuviésemos tan bien, como si no hubiese violencia, ni impunidad, ni pobreza, se presume Grandeza, como si no hay funcionarios que gastan del erario para beneficios personales como si las familias vivieran en la opulencia.
Con información de México Cómo Vamos
