Por: Manuel de la Torre Rivera*
Es innegable que México ha logrado grandes avances en su aproximación a una vida democrática, dan constancia de ello las leyes constitucionales relativas y el hecho mismo de la llegada a la presidencia de Andrés Manuel López Obrador, que fue una manifestación de democracia representativa, sin embargo, aún queda un largo camino por recorrer para poder decir que vivimos una democracia participativa, aquella en la que todos formamos parte de la gobernanza del país.
Hay que tener claro que una cosa es poder elegir a nuestros representantes y otra muy distinta tener el poder político y económico, ya que estos los concentra en el sistema capitalista vigente, un pequeño pero poderoso grupo oligarca vinculado al capital trasnacional y los poderosos medios de prensa, radio, televisión e informáticos, mayormente puestos a su servicio. Este hecho obstaculiza el pleno ejercicio democrático del artículo 39 constitucional que dice que la soberanía reside en el pueblo.
En el número anterior de Biósfera titulado: Si avanza la democracia en el mundo, hay esperanza de revertir el estrés hídrico del planeta, en su párrafo final, concluimos: La palabra la tienen los pueblos del mundo, dado que, si queremos revertir el estrés hídrico del planeta, esto es, de defender la vida, deberemos luchar todos por avanzar en la consolidación de la democracia en todas las naciones del mundo. Así de grande y compleja es la tarea de todas y todos.
Esta tarea, en nuestro país debe empezar por la educación en todos sus niveles, dado que hacer valer la soberanía requiere de conciencia participativa, en un esfuerzo educativo en donde debemos comprometernos todos, en el gobierno, en la familia, nuestra calle, nuestro barrio, nuestro empleo, nuestra iglesia, nuestro club deportivo y empoderar así a un pueblo consciente y organizado para ser un contrapeso efectivo de los poderes fácticos y económicos dominantes.
La educación debe ser en nuestro país un derecho de todos, pero también, un compromiso de todos, sólo así vamos a poder tener resultados en el corto plazo y en comunidad aspirar a emprender proyectos trascendentales como lo es revertir el estrés hídrico del planeta, desde lo local, en una acción que vaya sumando a todos los pueblos del mundo hasta alcanzar la acción global, como ha sido por la acción global del hombre colectivo que hemos provocado el calentamiento global y el cambio climático que junto con el consumismo capitalista, son el trasfondo de los problemas ambientales que padece la humanidad.
Hay el ejemplo exitoso de un país cuya educación comunitaria debe tenerse presente, ciertamente en una comunidad de sólo 8 millones de habitantes pero que, sufriendo el vergonzoso bloqueo económico por la nación más poderosa del mundo, durante más de 65 años, logró en tiempo récord la alfabetización de toda su población y ha podido formar un poderoso equipo de médicos que en brigadas han acudido en auxilio de la salud de las poblaciones en más de 60 países en todos los continentes del planeta, que deben concitar nuestro respeto y solidaridad y nos deben estimular a emprender la gigantesca tarea que tenemos delante de nosotros, todos los pueblos del mundo.
* Miembro del Frente Regional Ciudadano en Defensa de la Soberaníay el Observatorio Ambiental Ciudadano Biósfera.
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