Una ola de indignación por parte de comerciantes del primer cuadro de Guanajuato se ha desatado debido a la reciente decisión del alcalde de la ciudad capital, quien ha ordenado a la dirección de Fiscalización retirar sillas y mesas de la vía pública de los restaurantes que no han pagado el permiso correspondiente.
Esta medida ha generado cuestionamientos sobre la justicia y la empatía de las autoridades municipales. De acuerdo con el presidente municipal, estos negocios adeudan un total de un millón 276 mil pesos, incluyendo recargos, y se enfrentarán a una acción considerada drástica que afectará su operación y, por ende, la economía de los establecimientos y de la localidad.
La decisión ha provocado inconformidad en el gremio restaurantero, que considera que existe una falta de flexibilidad y comprensión por parte del gobierno actual. En una entrevista, el alcalde sugirió a los propietarios de los establecimientos que pidan dinero prestado para saldar sus deudas, una postura calificada como insensible, ya que la mayoría de estos negocios aún se están recuperando de la crisis económica provocada por la pandemia de coronavirus.
Además, la acción de retirar mobiliario de manera inmediata, sin ofrecer un plan de pago o una solución más razonable, refleja, según los comerciantes, una falta de voluntad para apoyar a los pequeños empresarios que contribuyen al dinamismo y atractivo del centro histórico de la ciudad.