Comerciantes del tianguis del Centro de Salamanca enfrentan meses complicados, con ventas por debajo de lo esperado y la esperanza puesta en el cierre del año para recuperar su economía.
Miércoles y sábado, los días habituales del tianguis, han dejado de ser garantía de buenos ingresos para los comerciantes. A lo largo del 2024, la situación económica se ha mantenido estancada, y para muchos vendedores, cuya subsistencia depende completamente de lo que logran vender, esta realidad se ha vuelto una pesada carga.
La problemática se acentuó con el regreso a clases, cuando las familias destinaron la mayor parte de su presupuesto a uniformes y útiles escolares. Esto obligó a varios padres de familia a recurrir a préstamos o empeñar pertenencias, limitando aún más sus compras en el tianguis. Durante ese período, los pasillos que solían estar llenos de vida y compradores, lucieron vacíos y silenciosos.
“Todo el año ha estado flojo. Con el regreso a clases, las cosas empeoraron. Pensé que octubre iba a ser mejor, pero no ha sido como esperábamos. Las ventas siguen muy bajas; lo que esperábamos vender y lo que realmente estamos vendiendo no se comparan”, comentó Daniel Villalobos, un emprendedor que depende de su negocio en el tianguis para sacar adelante a su familia.
Sin embargo, los comerciantes mantienen la esperanza en el cierre del año, cuando las festividades de Día de Muertos, Navidad y Año Nuevo suelen activar la economía local. La llegada de los aguinaldos inyecta un flujo vital de dinero, permitiendo a los consumidores adquirir adornos, regalos y otros productos típicos de la temporada. Para los tianguistas, esta etapa representa un “respiro” necesario, donde las ventas pueden triplicarse, brindando un alivio temporal tras meses de incertidumbre.
“Lo que más deseamos es que la gente vuelva, que las fiestas nos traigan buenas ventas y podamos cerrar bien el año”, expresan los comerciantes, quienes esperan que los próximos meses marquen el inicio de una recuperación económica en el comercio local de Salamanca.