La depresión es uno de los padecimientos más comunes en la población mundial. Algunas de sus causas están relacionadas con el clima, con periodos cargados de estrés o ansiedad, algunos otros factores biológicos o incluso genéticos. No obstante, cuando dentro de la familia hay alguien que padece depresión, no es el único que la sufre. Los familiares y amigos cercanos viven también este proceso y sin duda, lo padecen.
Por: Betzabé Vancini Romero
Psicoterapeuta
¿Cómo se siente la familia cuando alguno de sus miembros tiene un episodio depresivo grave? Si bien hay un conjunto poco diferenciado de sentimientos que la pareja, hijos, padres o amigos pueden experimentar al tener un familiar deprimido, lo que predomina es la frustración. Esta frustración proviene de una terrible impotencia por querer ayudar a la persona que está deprimida. Frecuentemente, la pareja o los familiares buscan opciones de tratamiento, ayuda o incluso esparcimiento para la persona que se encuentra deprimida. Cuando esto no funciona o reciben una negativa continua a sus propuestas, llega una fuerte frustración que suele ir acompañada de irritabilidad y desesperanza.
Cuando una persona está deprimida generalmente se «cierra» y deja fuera a sus seres queridos. Incluso a los más cercanos. Una persona deprimida usualmente está irritable y dirá cosas que lastiman a los que le rodean, sin intención de herirlos sino más bien, es una petición desesperada de que se alejen. Cuando ocurre esta situación, es frecuente que otros miembros de la familia empiecen a deprimirse también, o a experimentar episodios de ansiedad intensa. Esta situación suele acarrear consecuencias como distracción en el trabajo, descuido de los hijos, enfermedades y somatizaciones e incluso, en pocos pero no raros casos, conductas autodestructivas y adicciones.
¿Qué hacer? Es indispensable que la persona que experimenta el episodio depresivo se encuentre en tratamiento psiquiátrico y psicoterapéutico. La familia del paciente deberá asistir también a su propio proceso psicoterapéutico para poder trabajar la frustración, el enojo y la tristeza que la situación les produce. Es importante que todos y cada uno de los miembros de la familia conserven espacios de distración y esparcimiento, cultiven algún hobby y eviten faltar a sus responsabilidades cotidianas como la escuela o el trabajo. Esto ayudará que haya una rutina estructurada a la cual puedan apegarse en el camino a la recuperación.
Cuando la depresión se presenta de manera cíclica o frecuente, es importante que se acuda en cada ocasión a tratamiento profesional y que la familia reciba acompañamiento también. De otra manera, las relaciones se desgastan y la familia puede sufrir separaciones y ausencias que pueden evitarse con el tratamiento adecuado. Acude a un profesional de la salud mental.
