Para los salmantinos, uno de los lugares predilectos para salir a caminar, a comer algo con la familia o simplemente sentarse a leer un libro o tomar un momento de descanso, es el Centro Histórico; visitando constantemente tanto el Jardín Principal como la Plaza Cívica Miguel Hidalgo; sin embargo, últimamente se observa una disminución en la afluencia de visitantes pues los robos de motocicletas, medio de transporte muy habitual dentro de la población, se han vuelto una constante, al grado de que ocurren a plena luz del día, incluso en las calles más concurridas; problema que no es exclusivo del centro o mercado, sino que se extiende a lo largo de la mancha urbana.
Lo que antes eran casos aislados, hoy se ha convertido en un delito cotidiano que afecta a comerciantes y ciudadanía en general.
Y es que no solo se trata de perder parte del patrimonio de las familias, sino que también, en muchos casos se depende de este medio para trabajar, siendo parte importante del sustento de quienes se dedican a la repartición de mercancías. Aunado a ello, el escenario de inseguridad desalienta a los clientes a visitar el centro de la ciudad, provocando que las ventas se desplomen y la zona pierda dinamismo.
Nos encontramos en el cierre de año, una época que para los comerciantes debería ser prometedora, no obstante, los constantes robos los desalienta; motivo por el cual solicitan más vigilancia efectiva y durante las 24 horas, patrullajes que realmente inhiban al delincuente, para que las calles dejen de lucir vacías y los negocios se potencialicen.
En promedio, una motocicleta puede costar entre 20 mil e incluso rebasar los 100 mil pesos, dependiendo del modelo, pero la pérdida es mucho mayor cuando se trata de personas que dependen de ella para su trabajo diario: repartidores, comerciantes y empleados que la utilizan como su principal medio de transporte.
No solo se les arrebata un bien material, también se les corta la posibilidad de generar ingresos y sostener a sus familias, lo que convierte cada robo en un golpe directo a la economía local y a la dignidad de quienes trabajan honradamente.


































