De las 105 planchas de concreto instaladas en colonias, comunidades y bulevares, apenas 27 fueron equipadas con ejercitadores. El resto siguen abandonadas, llenas de hierba y sin cumplir su función.
Entre marzo y abril de 2024, el municipio de Salamanca, bajo la administración de César Prieto, anunció con bombo y platillo la instalación de más de un centenar de planchas de concreto como supuestos espacios deportivos.
La promesa oficial era clara, fomentar la actividad física y rescatar áreas públicas con ejercitadores.
Un año y seis meses después, la realidad es otra. De las 105 planchas, únicamente 27 fueron equipadas. El resto permanecen vacías, deterioradas, con grietas visibles y maleza creciendo, convertidas en símbolos del abandono.
Al ser cuestionado sobre la tardanza, el presidente municipal César Prieto se limitó a decir que la instalación del resto de los ejercitadores “tiene que ser pronto”, sin precisar fechas ni compromisos concretos.
Como excusa, la autoridad señaló que el retraso se debe a los procesos de licitación, asegurando que todo se ha hecho de manera “transparente”.
Mientras tanto, los vecinos señalan que estos espacios se han convertido en puntos de abandono en lugar de lugares de convivencia. A esto se suma que muchas familias han dejado de reunirse en parques y áreas públicas por el temor constante a la inseguridad, lo que vuelve aún más inútil la inversión.
El panorama refleja no solo la falta de planeación y compromiso del gobierno municipal encabezado por César Prieto, sino también el desencanto de la ciudadanía, que sigue esperando obras funcionales y no solo promesas tiradas sobre el concreto.


































