En los últimos años se tiene registro de nueve mujeres buscadoras asesinadas y al menos cinco más en calidad de desaparecidas, una realidad que, según activistas, desnuda la falta de políticas efectivas de protección para estas mujeres que, desde la esperanza y el dolor, recorren caminos en busca de sus seres queridos.
Cirenia Celestina Ortega, coordinadora de Comunicación e Información de la Mujer A.C. (CIMAC), advirtió que los casos obligan a revisar a fondo las acciones del Estado en materia de seguridad y derechos humanos. Para ella, las buscadoras deberían ser reconocidas formalmente como defensoras de derechos humanos, con un enfoque de género que atienda los riesgos específicos que enfrentan.
Desde 2020 Teresa Magueyal buscaba a su hijo José Luis y el 2 de mayo de 2023 fue asesinada mientras circulaba en bicicleta en la comunidad de San Juan de Octopan, en Celaya. Nunca logró conocer el paradero de su hijo. Otro caso es el de Lorenza Cano, integrante del colectivo Unidos Buscando Desaparecidos de Salamanca, el 15 de enero de 2024, un grupo armado irrumpió en su domicilio, asesinó a su esposo y a su hijo, y a ella se la llevó por la fuerza. A casi dos años de los hechos, se desconoce su paradero, Lorenza buscaba a su hermano.
Cabe mencionar que México enfrenta una emergencia con más de 130 mil personas desaparecidas, y Guanajuato, junto con Jalisco, se ubica entre las entidades con mayor número de casos.































