36 policías de corporaciones federales, estatales y municipales fueron asesinados en distintos puntos del estado de Guanajuato.
El municipio de Celaya se convirtió en el más peligroso para los cuerpos de seguridad, al concentrar nueve ataques mortales en contra de los uniformados. Los asesinatos se registraron en operativos, emboscadas y agresiones directas, reflejando la vulnerabilidad de las fuerzas del orden frente a la expansión del crimen organizado.
En ciudades como Salamanca, León e Irapuato también se reportaron agresiones, aunque ninguna con la intensidad de Celaya, donde la violencia se ha convertido en un desafío constante para las autoridades.
La cifra de 36 policías asesinados en un solo año coloca a Guanajuato entre los estados más peligrosos para ejercer la labor policial en México.































