Miguel Márquez Márquez, al borde de la histeria…y el colapso.
El Gobernador del Estado está pasando por los momentos más difíciles de su sexenio, y lo más preocupante, que cada día las cosas se le descompondrán más. Con un gabinete incompetente, factores externos que no él no puede controlar, el lógico desgaste del ejercicio del poder y la debilidad que esto conlleva, ya no solo lo descarta total y absolutamente para buscar el sueño guajiro de la candidatura de su partido a la presidencia de la república, sino que también ya está en duda sobre la posibilidad de que pueda imponer a su sucesor.
La suerte que le sonrió los primeros años de su mandato empieza a desvanecerse y su obstinación por no hacer cambios en su equipo de trabajo, empiezan a cobrarle factura, donde ya hay daños irreversibles y que servirán para que sus adversarios lo golpeen libremente en los tiempos electorales que están a la vuelta de la esquina.
La mayor deuda de Miguel Márquez Márquez con los guanajuatenses es sin duda alguna la seguridad pública, donde nunca estuvo dispuesto, ni siquiera a ponerlo sobre la mesa, en cambiar de estrategias y la remoción de dos de sus funcionarios que menos resultados le han dado, el Procurador de Justicia Carlos Zamarripa y el Secretario de Seguridad Pública Alvar Cabeza de Vaca, que a pesar de haber contado con presupuestos millonarios, nunca lograron dar resultados y el estado se encuentra en el clima más violento y con mayores índices delictivos de su historia reciente.
Por más que gobierno del estado trate de maquillar o minimizar la ola delictiva que azota a Guanajuato, es innegable que estamos viviendo un clima de terror jamás visto, con nula respuesta de nuestras autoridades, sin estrategias que den esperanza de recobrar la tranquilidad en el mediano plazo y con una procuración de justicia ahogada en su burocracia, ineficiencia y capacidad para estar a la altura de las circunstancias. Lamentable saber que en lo que queda del actual sexenio, ya nada mejorará, por el contrario, la situación será cada vez más grave y más desesperante. Un rotundo fracaso el de Miguel Márquez Márquez en garantizar a sus gobernantes la vigencia del estado de derecho y la protección en sus bienes y persona a unos ciudadanos cada vez más atemorizados y cada vez más desilusionados de sus instituciones que solo en papel son las responsables de brindarles seguridad. No quiso Márquez Márquez hacer cambios y hoy ya es demasiado tarde.
Y si esto fuera poco, viene un 2017 con serios problemas en la economía del país, recortes presupuestales y fundadas expectativas de poco crecimiento de la actividad industrial y comercial. Y para acabarla de amolar, la amenaza de Donald Trump de castigar a Toyota si instala su planta en Guanajuato. ¿A poco se va repetir la historia de la fallida refinería y ahora será la fallida armadora de autos? ¿Y los millones de sobrepago de los terrenos para Toyota?
Todos estos factores y una creciente rebeldía al interior de su partido el PAN para evitar que Márquez Márquez imponga como su sucesor a Diego Sinhué Rodríguez Vallejo, parecen afectar ya el ánimo del gobernador, que cada vez contesta más seco, menos tolerante y hasta con enojo. Se le está quitando su esplendorosa sonrisa y ahora siempre está a la defensiva, solo tratando de esquivar los golpes que le salen por todos lados y que cada día se acumulan más. Ya hasta chistes dejó de contar, ve a la prensa y se desaparece. Ya no es el mismo.
Y ni hablar de su promesa de transparencia y rendición de cuentas, porque ahí el gobernador también quedó a deber. Y los temas que le van explotar en la mano están a la vuelta de la esquina, ya sea por los $2,700 millones del fracasado Programa Escudo, la extraña asignación del multimillonario contrato para surtir las medicinas del Seguro Popular siempre a las dos mismas empresas, los precios súper inflados de los terrenos de Toyota, las compras de tablet´s, mochilas, uniformes o el inexplicable retraso de las obras de Distritos de Gobierno en Irapuato y León y el nuevo Hospital Regional de Las joyas, también en el municipio de León, además del nuevo acceso vial a esa ciudad, que nomás no avanza y lleva millonadas de inversión. Y mejor ya no le sigo porque si no Miguel Márquez Márquez se enoja, anda muy sensible.
Adolfo Enríquez Vanderkam
Felicidades Ing. Adolfo.. Siempre atinado e incisivo, con el tino exacto para atacar un punto de frente.. Un abrazo