El Papa Francisco nombró ayer a un arzobispo polaco como su “enviado especial” a Medjugorje, un pequeño pueblo del sur de Bosnia y Herzegovina donde supuestas apariciones de la Virgen María desde 1981 atraen a numerosos peregrinos.
La misión del arzobispo polaco Henryk Hoser consistirá en “adquirir un conocimiento más profundo de la situación pastoral in situ y, sobre todo, de las necesidades de los creyentes que acuden allí en peregrinaje”, precisó la Santa Sede en un comunicado.
En junio de 1981, seis niños y adolescentes bosnios contaron haber sido testigos de la aparición de la Virgen. Algunos de ellos afirman seguir viéndola a diario desde entonces.
Frente a la controversia suscitada por las supuestas apariciones diarias de la Virgen, se han llevado a cabo varias investigaciones.
El último informe de una comisión eclesiástica concluyó en enero de 2014, pero el Papa no ha hecho ningún anuncio desde entonces.