Las conversaciones son siempre peligrosas si se tiene algo que ocultar.
¿A quien más podría estar dedicado este enunciado de la escritora y dramaturga británica Agatha Mary Clarissa Miller, mejor conocida como Agatha Christie?
Me parece más que indigno, que el doctor Enrique Ochoa Reza, quien por cierto se autoproclamó “zar anticorrupción”, se llene la boca hablando del “cártel de las ligas y de las bolsitas” y de “la verdadera mafia del poder que se llama MORENA”; de “cómo Andrés Manuel López Obrador financia su movimiento político” y de “cómo le quitan su dinero a los trabajadores del municipio para guardárselo en las bolsas y meterlo a la campaña”.
¿Se te acabaron el discurso y las propuestas Enrique? ¿Ya se te olvidó la millonaria e indebida liquidación que te autorizaste en CFE a pesar tratarse de una renuncia voluntaria? ¿Ya dejaste de lado que recibiste un importe cinco veces mayor al que te correspondía? ¿No te parece que esto también es ilegal e inmoral? Yo creo que no.
Como tampoco parece interesarte el tener más de cien concesiones de taxi que están poniendo en riesgo la existencia de Uber gracias a tu astucia. Simplemente eres despreciable, porque no me atrevería a compararte con los roedores para no ofenderlos, como tú agravias la inteligencia de los mexicanos. Gozas viendo “la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”.
Porque bien podrías hablarnos de los exgobernadores priístas que han saqueado los estados de Baja California, Chihuahua, Coahuila, Guerrero, México, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Puebla, Quintana Roo, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz, Yucatán y Zacatecas. Y por qué no parlar también de los hermanos Salinas de Gortari y de los líderes Carlos Antonio Romero Deschamps, Elba Esther Gordillo Morales y Leonardo Rodríguez Alcaine, que siendo tricolores iniciaron la debacle sindical de este país. Estoy hablando de puros “vivos”, aunque algunos de ellos ya palmaron y otros andan prófugos; pero todos con extraordinarias fortunas fraguadas al más puro estilo del partido que representas.
Ay Colosio, ¡cómo te extrañamos todos! Si supieras de las famosas reformas, educativa, energética y hacendaria, de seguro te volverías a morir. Ojalá que donde te encuentres exista PEMEX y CFE todavía, porque acá la gasolina y la luz están carísimas desde que son empresas particulares, aunque la que no es mafia del poder según Enrique, siga diciendo que son Empresas Productivas del Estado. Lo cierto es que quienes tenemos la fortuna de contar con un empleo, cada vez trabajamos más y nos pagan menos, y según nos dicen “quesque” los impuestos subieron. Y la friega igual.
Bueno, ya terminó el campeonato de liga y ya tenemos campeón (y digo tenemos, porque luego resulta que todos le vamos al que ganó, aunque nos quedemos rugiendo en silencio). Es pues momento, de recordar la frase de Ludwig Philipp Albert Schweitzer, médico, filósofo, teólogo y músico alemán nacionalizado francés, y Premio
Nobel de la Paz en 1952; que un día de su longeva vida externó: “Con veinte años todos tienen el rostro que Dios les ha dado; con cuarenta el rostro que les ha dado la vida y con sesenta el que se merecen”. Y viene esto a colación, porque con esto de la política y sus campañas, no falta quien quiera “vernos la cara”, por aquello que “todos son corruptos, menos mi partido y yo”. ¿Pero sabe qué? Todos son iguales. Ya me enteré que también en Salamanca, Antonio “Cartoño” Arredondo Muñoz, pasa a la “báscula” a los empleados del municipio en la nómina, con un concepto de “Aportación Acción Nacional”. Y según comentan, “de acuerdo al sapo, es la pedrada”.
Dejemos entonces que los personajes estereotípicos de extravagantes vestimentas, excesivo maquillaje y llamativas pelucas, sean los que nos hagan reír.
Exijamos a nuestros políticos, respeto por aquellos personales de circo, de rodeo, de crucero y de hospital, cuya función es hacer reír a la gente, gastarle bromas, hacer piruetas y divertidos trucos y a veces burlas de la cotidianidad haciendo sátira; para entretenimiento de espectadores, automovilistas, transeúntes y pacientes, generando a estos últimos endorfinas por la acción de reír, lo que contribuye a una sanación más rápida. Y si acaso los políticos no lo hacen, que cambien su vestimenta y maquillaje, en honor a estos artistas. Así las cosas.