Salamanca Gto. El hecho de alimentar a las palomas en plazas y jardines de la ciudad puede ser causa de propagación de enfermedades, a través de sus heces fecales a las personas que visitan estos sitios para descansar y que, pueden ser causa de graves enfermedades, que pueden llegar inclusive a la muerte.
Los excrementos de las palomas contienen agentes infecciosos como hongos, bacterias o virus sin embargo, las infecciones que estos agentes pueden causar a las personas, dependerán de la edad , de la salud del individuo en general y de su estado inmunitario en particular, pues entre más indefenso este, el riesgo será mayor.
Por otra parte estas aves pueden estar infestadas por hasta cincuenta ectoparásitos distintos, desarrollándose en sus nidos al menos diez ordenes distintos de invertebrados, que posteriormente pueden invadir las viviendas de los seres humanos, y los vectores pueden trasmitirse, a las personas y mascotas principalmente.
Estas aves de apariencia inofensiva pueden causar más de cuarenta enfermedades, algunas de ellas como: la salmonelosis, clamidiosis, colibasilosis listeriosos, tuberculosis aviar, fiebre paratifoidea, ornotosis, asperogilosis, criptococosis, histoplasmosis, Toxoplasmosis, o psitacosis y se calcula que un 30% de estas aves de la ciudad están enfermas.
Las palomas en la ciudad se contagian de los lugares insalubres donde se alimentan, basuras, excremento de perros, inclusive de restos alimenticios en los vómitos de humanos, y en casos excepcionales son portadores de un hongo (histoplasma capsulatum) que puede producir histoplasmosis, que afecta el aparato respiratorio, especialmente en los niños.
El contagio de las diferentes enfermedades que provocan las palomas se produce al secarse las heces y ser trasportado por el aire, el polvo microscópico hacia todos lados, por este motivo se recomienda a las personas evitar contacto cercano con la población de palomas que, por lo regular inundan los parques y jardines, en cualquier ciudad,
Pero que, principalmente son los menores de edad quienes juguetean con estas aves, echándolas a volar ocasionando con esta inocente actividad, esparcir las heces fecales secas y los parásitos que portan en su plumaje en todas direcciones, cayendo hasta en los puestos de alimentos convirtiéndolos también, en un probable foco de infección, para el ser humano.
Pero la mayoría de la gente pentonta hasta con gusto manda a sus niños al matadero.