* El medio ambiente y el entorno social del paciente influyen en el desarrollo del padecimiento.
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es una condición neuro psiquiátrica que se caracteriza por afecciones a nivel cognitivo, como su nombre lo dice, afecta la atención del paciente.
“El medio ambiente y el entorno social del paciente influyen en el desarrollo del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, ya que afecta sus actividades diarias”, señaló la doctora Ana Luisa Granados Mata, pediatra del Hospital General de Zona No. 21 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en León, Guanajuato.
Es un padecimiento multifactorial, aunque existen diversas teorías que indican que existe una carga o tendencia familiar, es decir, una persona que tiene antecedentes familiares con la enfermedad, registra el doble de riesgo de también desarrollar la afección, en relación a la población en general.
Otras corrientes mencionan que su origen se debe a lesiones anatómicas a nivel cerebral y las otras comentan que tiene que ver directamente con el medio en el que el menor se desenvuelve, por ello se dice que en general es multifactorial.
Indicó que los menores con este padecimiento son hiperactivos, inquietos, no pueden estar tranquilos, llegan a un lugar y comienzan a correr y brincar, no se concentran y prestan poca atención.
Existen cuestionarios que se aplican a los familiares y a los pacientes para poder diagnosticar este trastorno, se analiza el entorno y en caso de diagnosticarlo se debe brindar tratamiento farmacológico y revisar el entorno familiar, psicosocial y emocional del paciente para evitar repercusiones negativas en su vida futura.
No se puede prevenir, por lo que recomendó a los padres de familia o tutores de los menores estar pendientes del desarrollo emocional de los pequeños, para detectar cualquier situación negativa para ellos y en caso de presentarse un aspecto negativo, acudir a revisión profesional para recibir orientación al respecto.