¿QUÉ OCULTAN?
Pareciera que el gobierno tanto local como estatal pretenden ocultar o mejor dicho borrar de la memoria de los ciudadanos los actos delictivos de alto impacto que se han registrado en lo que va del 2017, ya que en una reunión encabezada por el Secretario de Seguridad Pública que tuvo lugar aquí en el municipio al inicio de la semana pasada, se presentaron cifras por menos de la mitad de los homicidios que se han registrado, pero sólo basta con echar un vistazo atrás y tener a la mano la información para que al realizar un conteo nos demos cuenta que los homicidios que el gobierno dicen que van en poco más de 50, hasta la fecha han rebasado los 120 sólo en Salamanca.
NOS VIGILAN
La otra realidad es que el gobierno tiene bien identificados a los ciudadanos que alzan la voz, ya que en la reunión mencionada exhibieron con fotografías a personas que identifican como familiares de ex policías, así como a personas que también se han señalado en contra de la administración actual y quienes se han manifestado en las inmediaciones de la Presidencia Municipal para exigir seguridad y dado el contexto anterior encajan varias preguntas ¿Las manifestaciones están orquestadas por alguien? O bien ¿El gobierno pretende intimidar a los ciudadanos? O ambas cosas, lo que es una realidad es que el proceso electoral ya empieza a generar estrategias para quienes sueñan con llegar a la alcaldía o bien defenderla.
¿Y LA HUMANIDAD?
Es cada vez más triste darse cuenta que las preocupaciones, las prisas y las dificultades ante la vida, hayan prácticamente acabado con uno de los dones más importantes en la vida de las personas, ese que los mexicanos nos apreciábamos de brindar, como es la: Humanidad. Un gesto que lastimosamente esta semana que terminó en dos ocasiones fue puesto a prueba entre los salmantinos y es triste darse cuenta que se está perdiendo.
DOS CASOS, DOS DESILUSIONES
En el transcurso de esta semana la humanidad de los ciudadanos fue puesta a prueba, no en uno, sino en dos casos, primero con una mujer enferma originaria de Nayarit que por falta de recursos, desde hace un mes, ella y su pareja no tenía donde vivir, así que encontraron en el piso de la sala de espera del Hospital General de Salamanca, el lugar idóneo para quedarse.
Fue por la precaria condición de la mujer imposibilitada para caminar, comenzó el movimiento de conciencia, incluso la dirección del Hospital consciente de la mala imagen que causaba a mujer, buscó ayuda a DIF pero con todo y su obligación, se olvidó que se supone es el “corazón” del gobierno en sus tres niveles, pero ni así y el Sistema Municipal terminó hacerse el “disimulado” ya no para ayudar, sino para canalizar la ayuda para que esta pareja de indigentes se fuera a su tierra, cuál excelente solución.
El segundo caso se presentó hace unos días, cuando un hombre que trabajaba en la Ciudad de México, afectado por el Síndrome de Guillian Barré, ante el rechazo de sus familiares y en la necesidad de un lugar donde le brinden la atención que requiere, una familia altruista que le dio abrigo en esta ciudad, estuvo solicitando la ayuda para encontrar un lugar donde sea atendido y ¡Oh! Sorpresa, muchos comentaron, otros criticaron, algunos más manifestaron interés, pero de todo ellos, solo uno fue capaz de ayudar, lo que demostró que no hay verdadera voluntad para apoyar a los que realmente necesitan, como si nunca nadie pudiéramos llegar a estar en esa situación.
PURO PROGRAMA ELECTORERO
En medio de esta lamentable pérdida de sentimientos, lo más triste es que exista total deshumanización y que ni siquiera las instituciones que se desgarran las vestiduras por una supuesta Asistencia Social que más allá de ser ayuda desinteresada, apunta más al tinte electorero, que a verdaderamente ayudar para los que menos tienen, resulta que las personas que verdaderamente no tienen nada, que están solos en la vida y peor aún que no pueden ni valerse por sí mismos, sean en los que menos se ha pensado y eso sí, mientras al menos DIF Salamanca se desgarra las vestiduras por dar rehabilitación (con respectivo costo de rehabilitación), a estas alturas, ni una sola institución se haya creado para albergar y brindar asistencia permanente a los adultos con discapacidad, como estos dos casos. ¡Triste y lamentable por estas personas!