El Papa Francisco conversó con jóvenes de México, Argentina, Paraguay y Puerto Rico.
El Pontífice celebró un encuentro con jóvenes de diversas edades, algunos presentes en la sede en Roma de este proyecto creado por Francisco cuando era arzobispo de Buenos Aires para llevar la enseñanza a las zonas más desfavorecidas y otros que se conectaron por videoconferencia desde sus países.
Con ellos tocó los temas de drogas, inmigración, el cuidado del medioambiente o la problemática del suicidio en un acto organizado por la iniciativa «Scholas Ocurrentes».
Habló con un grupo de niños de México, entre los que estaban Joaquín, de 8 años, y Teresa, de 10, que se vieron afectados por los terremotos que golpearon el sur y centro del país los días 7 y 19 de septiembre pasado y que causaron la muerte de 471 personas.
Sobre el tema migratorio, Francisco comentó que son una promesa para el futuro, según la web Catholic Philly.
«A todas las personas de Estados Unidos les digo: cuiden al migrante que es una promesa de vida para el futuro.
«Para los migrantes: cuídate del país que te recibe; acepten y respeten sus leyes y caminen juntos por ese camino de amor», expresó.
El Papa estaba hablando con adolescentes que participan en un programa de la red internacional de Scholas Occurrentes, la cual es una organización Internacional de Derecho Pontificio (erigida por el Vaticano) presente en 190 países y que a través de su red integra a más de 446 mil escuelas y redes educativas.
Su misión es lograr la integración de todos los alumnos del mundo a través de propuestas tecnológicas, deportivas y artísticas que promueven la educación desde la cultura del encuentro.
Le pidieron un mensaje para los inmigrantes en Estados Unidos, ya que muchos enfrentan dificultades después del llamado reciente de la administración Trump para endurecer las leyes de inmigración.
A lo cual, el Francisco señaló que los obispos de EU le han hablado de la situación.
«Soy un hijo de inmigrantes. Y si no hubiera personas que ayudaran a mi padre cuando él llegara a los 22 años, yo no estaría aquí hoy», explicó el Papa.
El llamado a recibir al migrante y al extranjero, agregó, no es una petición personal que hizo como Papa sino un mandato dado por alguien mucho más importante que él.
«Dios lo dijo y la Biblia es clara», señaló.
«Recibe al migrante, recibe al refugiado, porque tú también fuiste un inmigrante y un refugiado de Egipto. Jesús también fue un refugiado».
Para los “dreamers” también tuvo unas palabras:
«Lo primero que quiero decir es que estoy orando por ellos y estoy cerca. En segundo lugar, continúen soñando. Y, por último, manténganse cerca de las personas que pueden ayudarles y defenderles en este momento. No odien a nadie».
Asimismo, conversó con un grupo de niños puertorriqueños tras el caos dejado en el país el huracán “María” hace más de un mes y Ariadna, de 5 años, le arrancó una sonrisa cuando le preguntó cuándo visitará el país, a lo que Francisco respondió:
«No sé cuándo iré».
Pero matizó y añadió que algún día irá ya que quiere conocerlo.
El Papa aprovechó la ocasión para animar a los latinoamericanos afincados en Texas, afectados recientemente por la tormenta tropical “Harvey”, y a ellos les explicó la importancia de cuidar el medioambiente para ayudar a que haya menos catástrofes.
En otro momento del acto, habló con un grupo de mujeres que cumplen condena en una cárcel de México y a ellas les dijo que «miren siempre adelante».