Los bosques y la vida
Alfonso Díaz Rey
Casi coincidiendo con la noticia de la clausura de la COP23 (Conferencia se las Partes- Conferencia sobre el Cambio Climático) en Bonn, Alemania, se publicó que el año antepasado nuestro país perdió 253 mil hectáreas de bosques (equivalente al 63% del estado de Tlaxcala) y que el 66% de esa pérdida se concentró en Chiapas y la península de Yucatán. Además, la superficie perdida en 2016 fue 36% superior a la del año anterior.
Como es conocido, uno de los objetivos de las reuniones de la COP es crear un compromiso global para reducir la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) originados por actividades humanas, principalmente por el consumo de carbón y combustibles fósiles para producción de energía.
Nuestro país está considerado en el grupo cuyos esfuerzos para combatir el cambio climático son «insuficientes» y si a ello agregamos la eliminación de organismos que contribuyen a la absorción del carbón contenido en el dióxido de carbono (CO2), el resultado de esos esfuerzos se ven aún más disminuidos.
Para tener una idea del área deforestada imaginemos la pérdida de selva en una superficie equivalente a 1151 campos de fútbol diariamente durante un año, lo que representó, en términos de captación de carbono, un déficit anual de 152 mil toneladas (557 mil toneladas de CO2 que no se captaron y contribuyeron al aumento de los GEI y a la acidificación de los océanos, entre otros impactos adversos al planeta).
Recordemos que dos meses atrás, entre el cúmulo de propaganda oficial respecto de los «logros» alcanzados por la administración federal se decía que existen 90 millones de hectáreas de áreas naturales protegidas (ANP).
Pues bien, las ANP de jurisdicción federal resguardan solamente el 10.36% de la superficie de bosques tropicales en el país (3 298 667 de 31 838 624 hectáreas) y el 13% del total de bosques (7 829 871 de 65 960 504 hectáreas).
Lo anterior nos muestra que la superficie que ocupa el 87% de los bosques del país, entre ellos casi el 90% de las selvas tropicales, es susceptible de sufrir modificaciones de uso del suelo que contribuyan a la agudización del problema.
Los graves desequilibrios y problemas ambientales que padece el mundo son producto de la actividad humana, pero no como una característica inherente al ser humano sino de la manera en que está organizado para producir sus medios de subsistencia y las formas de propiedad de los elementos para llevar a cabo esa producción.
Los niveles de producción y concentración de GEI se han elevado peligrosamente como consecuencia de la industrialización durante los últimos 150 años y, coincidentemente, la forma de propiedad dominante es la privada, además de que la producción se orienta hacia la obtención de ganancias.
Esa manera de producir, en la que casi la totalidad de la sociedad utiliza su fuerza de trabajo para crear bienes y servicios, y con ello generar riqueza, y un minúsculo sector se apropia de la riqueza generada, ha convertido al ser humano y a la naturaleza en mercancías. El afán de lucro ha asignado un valor monetario prácticamente a todo y ello, en el caso de la naturaleza, representa un serio obstáculo para su manejo racional, su conservación y mejoramiento.
¿Qué podemos hacer?
Los esfuerzos individuales por mejorar nuestro ambiente son, sin duda, valiosos pero, dado el nivel de deterioro y el poder económico y político de los responsables de los problemas, insuficiente.
A nivel local, en la parte norte de nuestro municipio, Salamanca, por ejemplo, existe una ANP (Cuenca Alta del Río Temascatío) que debemos preservar, mejorar y ampliar porque la posibilidad de subsistencia de esta zona del Bajío guanajuatense depende en gran medida de ella. Y no es exagerado decirlo.
Si como sociedad fuéramos capaces de unirnos, organizarnos y encontrar la forma de que quienes ocupen puestos públicos atiendan realmente las necesidades de la población y se conduzcan con probidad, habremos dado un gran paso para la solución de nuestros más graves problemas, los ambientales entre ellos.
Y en este caso se trata de una lucha por la vida, no asumirla como sociedad equivaldría al suicidio.
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1 Periódico La Jornada. Viernes 17 de noviembre de 2017, p. 46 ii 0.6 toneladas / ha / año de captación de carbono en selvas tropicales. https://www.gob.mx/conanp/prensa/las-areas-naturales-protegidas-de-mexico-resguardan-13-por-ciento-de-bosques-del-pais-100628?idiom=es
