LA SITUACIÓN LABORAL DE LOS TRABAJADORES INDUSTRIALES EN EL BAJÍO GUANAJUATENSE
Manuel De la Torre Rivera
El tema aquí expuesto está respaldado por un estudio realizado por destacados investigadores de la Universidad de Guanajuato, nos referimos al estudio: “Complejidad ambiental en el Bajío mexicano: implicaciones del proyecto civilizatorio vinculado al crecimiento económico*”, realizado colegiadamente por los profesores investigadores de esa universidad Daniel Tagle Zamora, Alex Ricardo Caldera Ortega y Juan Antonio Rodríguez González.
En ese estudio, como lo señala el título, se aborda un tema complejo con implicaciones muy destacadas a la problemática económica, social, laboral y ambiental, por lo mismo, con relevancia y vinculación con la política y la gobernabilidad en esta región industrializada del Bajío Guanajuatense, (BG).
Para tener una idea clara de los alcances de ese estudio, obligadamente tendríamos que recurrir al estudio original, ya referido. Por lo que en este artículo sólo nos referiremos a las implicaciones en la situación laboral de los trabajadores en esta región por el crecimiento económico de los últimos cuarenta años, con las características que se describen a continuación:
· “Tal proyecto ha puesto al mercado como el eje organizador y rector de la sociedad y deja a la naturaleza a las órdenes de la acumulación de capital, cuyo ejemplo claro es la atracción de inversión extranjera directa (ied), con énfasis en la industria automotriz”.
· “La clase política guanajuatense ha visualizado la idea del crecimiento económico ilimitado, como sinónimo de progreso, para una sociedad sumergida en espirales de degradación social y ambiental. Con ello, el cercamiento mercantil y el impacto ambiental son parte inherente de la orientación que tiene esta relación economía-sociedad-naturaleza”.
· “Esta orientación ha conducido a un aumento del flujo material y de energía apropiado por las formas de la organización de la producción que agudiza la desigualdad socio
ambiental, traducida en una redistribución del ingreso a favor del capital extranjero, con el traslado de los costos ambientales para los guanajuatenses.”
· “Las cifras del INEGI (2010) señalan que Guanajuato aportó 4.1 por ciento al producto interno bruto (pib) del país; el sector primario generó 4 y el secundario contribuyó con 38 del PIB estatal. El PIB del sector secundario de Guanajuato representó 5 por ciento del secundario nacional, lo que muestra su importancia en el país y en los municipios del corredor industrial en donde su aportación fue mayor.”
· “El discurso de la modernidad y el progreso, en su sentido neoliberal, justificó una serie de políticas públicas orientadas a garantizar la acumulación de capital, con énfasis en las empresas trasnacionales. Así se logró relegar de la discusión los temas que debieran ser relevantes para la sociedad, como el estado medioambiental y la situación laboral de los trabajadores, lo que dejó a la naturaleza y a la sociedad subordinados a las necesidades del mercado.”
· “El corredor industrial concentra a más de la mitad de la industria del estado (y por tanto de trabajadores industriales); en León está la del cuero y el calzado; en Celaya e Irapuato, la alimentaria; la metalmecánica se concentra en Apaseo el Grande, Celaya y Villagrán; la química y la generación de electricidad y energéticos, en Salamanca; la del vestido, en Irapuato y la automotriz en Silao, Celaya y Salamanca.
· “La experiencia no ha demostrado que el desarrollo productivo en Guanajuato garantice el empleo, un salario remunerador o mejores condiciones de vida para la mayoría de la población”.
· “De hecho, Guanajuato no ha avanzado en materia de marginación social, como lo muestran las cifras del Consejo Nacional de Población (CONAPO 2014), ya que, de ocupar el lugar decimotercero en el año 2000, pasó al decimocuarto en 2010”.
· “El incremento de las inversiones del sector automotriz en México, tan valoradas por los gobiernos debido a su aportación en la creación de empleo, no contribuyen a promover la mejora de los ingresos de los trabajadores, por el contrario los deprime generando una mayor brecha en la repartición del ingreso entre corporativos y trabajadores, con la ventaja para los primeros”.
Esta situación ya había sido denunciada en artículos anteriores de ésta columna, cuando se dijo: “En ese sentido se han impuesto desde las élites de gobierno, todas las (contra) reformas desde hace 35 años, medidas que entre ellas guardan estrecha relación y que forman parte del proyecto de entrega del país entero al capital monopolista local y extranjero”, y concluye el estudio de los investigadores de la Universidad de Guanajuato:
Si bien la lógica del crecimiento económico genera empleos e ingresos, esto no se está reflejando en los indicadores de desarrollo humano, (idh) para el BG, en especial para los municipios que reciben las mayores inversiones a través de la ied. Peor aún resulta incorporar el tema de la calidad del medio ambiente para éstos, pues su estado de deterioro es cuestionable.
“Se requieren marcos institucionales nuevos orientados a la sustentabilidad, cualquiera que sea ésta, debe emanar de la participación ciudadana; sin embargo, para el caso guanajuatense resulta complejo transitar hacia una ruta de sustentabilidad que el gobierno considere de interés general, ya que la preferencia por el crecimiento económico es considerablemente alta desde la lógica de la acumulación, por tanto, el reto es enfrentar a una clase política dogmatizada en la ideología del mercado, y renuente a las alternativas, a través de la participación ciudadana consciente, informada y organizada”.