En medio de la violencia que se vive en el país, la única forma de afrontar el bullying que declaran haber padecido al menos uno de cada tres niños y adolescentes en México es generando nuevas pautas de convivencia en las comunidades educativas, reconociendo que el acoso escolar no se limita a los estudiantes, sino que además se da autoridades administrativas hacia maestros y de los propios alumnos hacia sus docentes.
Así lo planteó la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), tras advertir que criminalizar a los niños o adolescentes agresores es la peor forma de enfrentar el fenómeno, toda vez que se genera un círculo vicioso de la violencia al interior y exterior de las escuelas.
En el marco del Día Escolar de la No Violencia y la Paz, que se conmemora este 30 de enero, la Red advirtió que lo más cómodo para la autoridad ha sido criminalizar al niño o la niña que agrede para no reconocer las otras expresiones de violencia que se dan en el contexto escolar.
De acuerdo con la Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia de 2014 del INEGI el 32.2% de los niños, niñas y adolescentes de entre 12 y 18 años que asiste a la escuela declaró haber sufrido acoso escolar o bullying, lo que se traduce en un millón 360 mil 533 estudiantes.
Las ciudades que reportan mayores proporciones de victimización por acoso escolar son el área metropolitana de Veracruz con 42.6%, Gustavo A. Madero en la Ciudad de México con 42.1%; Manzanillo, Colima con 41.9%; Y Nezahualcóyotl, en el Estado de México con 40.1.
Entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) México se encuentra en la posición número 11 con los más altos niveles de acoso escolar por encima de países como Chile y Estados Unidos.
Según la primera evaluación sobre el bienestar de los estudiantes del Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA) de la Organización difundida en 2017, el acoso es un problema alarmante en el país; 13% de estudiantes mexicanos reportaron que otros alumnos se burlaron de ellos; 5% que los golpearon o empujaron y 4% que los amenazaron al menos, unas pocas veces al mes.