Para los católicos, una de las fiestas más grandes es sin duda la Semana Santa, hoy con el miércoles de Ceniza da inicio la Cuaresma.
Cientos de católicos acuden a las iglesias a recibir la imposición de la ceniza. Este día inicia la Cuaresma que prepara durante 40 días a los cristianos para la Pascua: pasión, muerte y resurrección de Jesús.
Hoy todos los templos salmantinos estarán llenos de fieles que están dispuestos a arrepentirse y a creer en el evangelio.
Para los católicos, la ceniza no es un rito mágico, que quita los pecados, es un signo de arrepentimiento, de penitencia, pero sobre todo de conversión.
Es el inicio del camino de la Cuaresma, para acompañar a Jesús desde su desierto hasta el día de su triunfo que es el Domingo de Resurrección.
«La ceniza no nos convierte mágicamente, nos recuerda que somos polvo y en polvo nos vamos a convertir, nos recuerda que no somos santos y que estamos buscando nuestra conversión para ser mejores personas”, comentó Josefina Gutiérrez Arredondo, creyente.
El sacerdote Teodoro Zárate González, explicó que hoy debe ser un tiempo de reflexión, de entender a donde vamos, de analizar cómo es nuestro comportamiento con nuestra familia y en general con todos los seres que nos rodean.
“Hoy debemos clamar misericordia porque realmente hemos pecado y nos hemos desviado. Hemos equivocado el camino y en lugar de poner a Dios en nuestro corazón, hemos puesto nuestras pasiones, nuestra ambición y nuestro egoísmo. Y entonces nos hemos quedado convertidos sólo en polvo. Miércoles de Ceniza, día de conversión y retornar al corazón de Dios. Día de ayuno y oración, día de silencio y respeto, día para vivir el amor de Dios”. Padre Theo
El sacerdote, invita a reflexionar sobre nuestra vida, explicó que debemos convertirla de ahora en adelante en un seguimiento a Jesús, profundizando en su mensaje de amor y acercándonos en esta Cuaresma al Sacramento de la Reconciliación (también llamado confesión), que como su nombre mismo nos dice, representa reconciliarnos con Dios y sin reconciliarnos con Dios y convertirnos internamente, no podremos seguirle adecuadamente.
La sociedad católica invita a todos sus fieles a pedir perdón a
Dios y a nuestro prójimo, pero es también un tiempo de perdonar a todos los que de alguna forma nos han ofendido o nos han hecho algún daño.
“Pero debemos perdonar antes y sin necesidad de que nadie nos pida perdón, recordemos como decimos en el Padre Nuestro, muchas veces repitiéndolo sin meditar en su significado, que debemos pedir perdón a nuestro Padre, pero antes tenemos que haber perdonado sinceramente a los demás”, Tere Valles/ Luis Gutiérrez, católicos.