Por: Iván Juárez Popoca Guerrero.
TENEMOS QUE ANDAR “A LAS VIVAS” ante tanto lumpenproletariado (léase vagos hijos de la guayaba que no quieren trabajar) que deambula por las calles en busca de alguna víctima para robarle sus pertenencias.
Por otra parte, la crisis económica incentiva que muchos delinquen y por ello AMLO ha puesto énfasis en que se tiene que promover la justicia y el bienestar para combatir la inseguridad. Sin embargo, también se hace necesario que exista una fuerza armada capaz de poner orden, y por ello, con todo y sus bemoles y sus riesgos, me parece una buena idea la creación de una Guardia Nacional, apoyada por el ejército. Ciertamente que no es lo ideal, pero es lo que hay y la sociedad no soporta más el grado de criminalidad que existe en la mayor parte del país.
Mientras tanto, a los ciudadanos no nos queda otra que procurar cuidarnos, dentro de lo posible: evitar andar en lugares solitarios, estar conscientes de lo que sucede en nuestras espaldas, no exhibir coas que pudieran ser de especial interés para los ladrones, procurar andar acompañados, etc. Es triste, pero ese grado de alerta tenemos que manejar.
Y también hay que cuidarse de cosas como la extorsión y el fraude. Mencionaré algunos casos en los que, de alguna manera he sido testigo:
EXTORSIÓN TELEFÓNICA. Una amiga mía recibió una llamada donde le aseguraban que tenían a su hijo y le exigían una fuerte cantidad de dinero.
Ella es muy inteligente y no se amedrenta fácilmente, pero resulta que le llamaron, aparentemente, del celular de su hijo, y cedió a la presión. Afortunadamente, el joven no estaba ni enterado de lo que estaba pasando: Y es que ahora resulta que, por medio de un programa de computación ¡es posible hackear un número telefónico!
Por ello, pienso, sería muy conveniente tener un celular extra, uno de esos que regalan en las cajas de Corn Flakes, y que sería muy útil para que tu pariente pueda corroborar tu ubicación y estado de salud.
CAMBIO DE TARJETA. A una anciana que estaba utilizando un cajero, un “acomedido” le cambió ,en un acto de prestidigitador, la tarjeta de débito y cuando ella se dió cuenta ya era demasiado tarde, pues el defraudador ya había vaciado el plástico, comprando en tiendas diversas.
Jamás hay que soltarle la tarjeta a un desconocido y ojalá que lo bancos implementen, como algunos ya lo han hecho, que se necesario el NIP para comprar en lo comercios afiliados.
RATAS ELEGANTES. Un señor vió que a la casa de un vecino llegaban con un camión, habrían la casa y se llevaban los muebles. Sin embargo, los que dirigían la operación llevaban traje y corbata, tenían aspecto de personas decentes y, como el testigo no tenía contacto con su vecino, pensó que se tratarían e familiares de éste o enviados del mismo. No hay que dejarse llevar por las apariencias y es de lo más valioso procurar estar en comunicación con los vecinos. Un conocido mío se organizó con personas a su alrededor y hasta tienen un club. Y lo más importante: por medio de la solidaridad ya han evitado que los amantes de lo ajeno se salgan con la suya.
Y así podría enumerar muchísimos casos, pero el espacio no me lo permite. Sin embargo, es necesario que no bajemos la guardia y, aunque es cierto que “cuando te toca aunque te quites”, no está de más procurar que no nos toque, no buscarle tres pies al gato y apoyarnos. ¿No lo cree usted así?
