Una buena calidad de vida hace posible que vivas más años con un mejor estado de salud y disfrutando de cada una de las experiencias por las que atraviesas en la vida.
Sin embargo, factores como el estrés, los cambios repentinos y las presiones constantes a las que estamos expuestos hacen que adquiramos malos hábitos que afectan nuestra salud emocional y física, restándonos días de vida.
Comer en tu escritorio
Darte el tiempo de comer en un lugar adecuado podría ser más beneficioso a tu salud de lo que pensabas, pues de acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Arizona en 2007, un escritorio contiene 400 veces más gérmenes que un asiento de inodoro.
Estos patógenos se albergan en lugares como el teléfono, el ratón, el teclado y artículos personales como smartphones, tablets e incluso en las carteras.
Almacenar recibos de cajero y notas de compra
De acuerdo con una investigación de la Universidad de Missouri estar en contacto constante con el papel térmico que se utiliza para la impresión de recibos de cajero automático y notas de compra de los establecimientos podría producir daños serios a la salud.
Esto debido a que este tipo de papel es un almacén de bisfenol A (BPA), un disruptor endocrino que de acuerdo a las investigaciones científicas tiene alta incidencia en la aparición de enfermedades como: cáncer, obesidad, diabetes y malestares cardiacos.
Ser pesimista
Son muchas las investigaciones que afirman que un malestar emocional es igualmente perjudicial para la salud física que cualquiera de los riesgos antes mencionados.
Utilizar ropa ajustada
Tal vez sientas que la ropa ajustada es importante para hacerte lucir bien; sin embargo, medicamente se ha comprobado su relación directa con problemas como el reflujo gástrico y otros malestares estomacales, esto debido a la presión ejercida sobre el abdomen.
Cruzar las piernas
Aunque son muy inciertas las investigaciones sobre los daños a la salud y a la estructura ósea de las personas que acostumbran sentarse y cruzar las piernas, es muy probable que tengan incidencia directa con la aparición de varices, encorvamiento y aumento de presión sanguínea , lo que a la larga reditúa en padecimientos como la hipertensión arterial y algunas enfermedades cardiovasculares.