Las encías son una parte importante de tu cuerpo. Éstas constituyen el tejido que se encuentra dentro de la boca. Se encargan de proteger tus dientes y los ayudan a permanecer firmes. Sin ellas, los dientes decaen rápidamente y eventualmente tienen que ser removidos. Por eso cuidar las encías no es un lujo, sino una necesidad.
Lamentablemente muy pocas personas se dan cuenta de su importancia hasta que es demasiado tarde. Afortunadamente, estos problemas pueden ser prevenidos y tratados con relativa facilidad. Lo primero que debes saber para conservar la salud de las encías es identificar cuando hay un problema. Por ejemplo, la señal número uno que indica una irregularidad es el sangrado.
¿Por qué Sangran las Encías?
El sangrado es mucho más común de lo que te puedes imaginar. A casi todas las personas les ocurre en algún momento de sus vidas. En mucho de los casos es causado por algo tan simple como cepillarse los dientes con demasiada fuerza. Además, el sangrado también puede aparecer como resultado de algunas enfermedades en las encías como:
- La gingivitis: Esta condición resulta en la inflamación de las encías y es el resultado de la acumulación de placa. Si tus encías lucen un color más intenso de lo normal es posible que tengas gingivitis. Si no se trata a tiempo la gingivitis se puede convertir en periodontitis.
- La periodontitis: Es una enfermedad responsable de alrededor del 70% de la pérdida de dientes en la población adulta que supera los 40 años. Esta condición aparece si la placa que se encuentra en las encías no es removida a tiempo y se convierte en sarro.
- La genética: Algunas personas son más vulnerables que otras a la retracción. Si tienes una predisposición genética es probable que la desarrolles (si no te cuidas).
- Cambios hormonales: Los cambios que ocurren en las hormonas de las mujeres a través de las diferentes etapas de su vida, como la menopausia, pueden afectar negativamente la salud de las encías.
- Cepillarse demasiado fuerte: Al cepillarte ejerciendo fuerza excesiva puedes desgastar el esmalte de tus dientes y causar retracción.
- Aretes en la lengua o el labio: Si tienes aretes en la lengua o el labio debes saber que la fricción con tu encía puede causar que esta se retraiga.
- Tabaco: El uso del tabaco hace que aumente el riesgo de que tus encías acumulen placa difícil de remover.
- Rechinar tu dentadura: Apretar y rechinar tu dentadura con mucha fuerza puede provocar que tus encías se retraigan.
- No usar el hilo dental: El hilo dental ayuda a evitar que se forme el sarro. Al no usarlo te arriesgas a que el sarro aparezca y cause complicaciones en tu dentadura.
¿Cómo Tener Encías Sanas? 5 Pasos Para Mejorar la Salud de las Encías
No tienes que esperar a tener sangrado o algún otro problema en tu boca para que decidas cuidarlas. Con los cinco pasos que voy a mencionar puedes reducir la posibilidad de tener que someterte a una cirugía dental.
- Consumir una dieta saludable: El primer paso para mantener las encías sanas es la alimentación apropiada. Acostumbrarte a comer alimentos ricos en antioxidantes te ayudará a combatir la inflamación y mantener la salud dental. Algunas comidas que son ideales para esto son:
- Las pasas: Contienen una buena cantidad de antioxidantes que contribuyen a inhibir el crecimiento de ciertas bacterias dañinas que son causantes de enfermedades cerca de los dientes.
- Té verde: Se ha demostrado que la catequina, compuesto antioxidante, en esta popular bebida es capaz de reducir la inflamación causada por bacterias en las encías.
- Granos enteros: Al consumir granos enteros (como la avena en lugar del pan blanco) el cuerpo reduce las fluctuaciones repentinas en los niveles de azúcar, lo que previene la formación de proteínas que causan inflamación en el cuerpo.
- Brócoli: Este popular vegetal contiene altos niveles de vitamina C que ayudan a combatir el daño celular en los tejidos de la encía.
- No fumar: Si fumas el segundo paso es dejar el cigarrillo. Los compuestos tóxicos en el cigarrillo intensifican la inflamación en tus encías, así que evítalos.
- No consumir dulces: El tercer paso es evitar o al menos disminuir considerablemente los dulces. El alto contenido de azúcar en los dulces causa inflamación en los tejidos dentro de tu boca. Si los comes, asegúrate de enjuagarte la boca rápidamente.
- Cepillo de dientes: El cuarto paso es usar el cepillo correcto. Utiliza un cepillo de cerdas suaves para lavarte los dientes por lo menos dos veces al día (al levantarte y al acostarte); ten en mente que los de cerdas medianas o duras pueden lastimar el área con facilidad. Cepilla la superficie externa de tus dientes con suavidad de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba. Es decir, en la parte externa e interna de los dientes superiores cepilla suavemente de arriba hacia abajo y en los inferiores cepilla cuidadosamente de abajo hacia arriba.
- No te olvides del hilo dental: El quinto paso es usar hilo dental con cera. Sujeta el hilo entre el pulgar y los dedos índices y anular de ambas manos. Colócalo entre los dientes y lo mueves suavemente (no apliques mucha fuerza o te lastimarás la encía).