No todos los niños viven una infancia feliz, hay algunos que sufren, sufren mucho, hay quienes pierden sus sueños en el camino.
Allá en la frontera con los Estados Unidos se vive una crisis humanitaria desde hace meses por la llegada de niños que sólo tienen un sueño, el sueño americano, pero ese sueño a veces no lo pueden cumplir.
Hay quien a muy corta edad deja los juguetes, las películas de fantasía, los juegos divertidos, hay quien antes de cumplir 15 años, abrocha sus agujetas, prepara una mochila, abandona la escuela y emprende un viaje hacia lo desconocido, siempre con la intención de reunirse con sus familiares, para sacar de la pobreza a sus seres queridos a través de un trabajo complicado o deciden escapar de los golpes, de la explotación y de las injusticias.
Miles de niños viajan solos para tratar de tener una mejor vida, pero se topan con un auténtico muro de abusos, maltratos y difícilmente consiguen la ilusión por la que emprendieron el viaje.
Según la UNICEF México es un país de origen, circulación y destino de migrantes.
Datos del Instituto Nacional de Migración (INM) señalan que anualmente 40 mil menores de edad que deciden migrar, son repatriados desde Estados Unidos a México, pero en el intento sufren hambre, dolor y sacrificios, de estos 40 mil pequeños, 18 mil viajan sin compañía alguna.
Del primero de octubre del 2015 al 31 de enero del 2016 24 mil 616 familias 20 mil 555 niños no acompañados, en su mayoría de Centro América, fueron detenidos en la frontera Suroeste de Estados Unidos, esta cifra va en aumento tan solo se duplicó comparada con la estadística el año pasado. UNICEF
En su tentativa por cruzar la frontera, los niños migrantes son muy asequibles a la explotación, a la trata y a ser víctimas de la perturbación y la delincuencia, por lo que la protección de sus derechos es una prioridad para el mandato de UNICEF en México.
“Para UNICEF es fundamental asegurar que estos niños y niñas reciban un trato digno por parte de las autoridades, les sean respetados sus derechos y les sea garantizada la reunificación familiar”.
Los niños y niñas que deciden traspasar la frontera sin compañía obtienen en ocasiones difíciles quebrantamientos a su integridad física y a sus derechos humanos.
Los infantes migrantes pueden padecer deshidratación, heridas, abuso sexual, laboral, pueden ser enganchados al crimen organizados e incluso pueden perder fácilmente la vida durante el cruce.
Estos niños se encuentran en un estado permanente de violación de derechos ya que, además de los riesgos que enfrentan, interrumpen sus estudios regulares, lo cual frena sus posibilidades de desarrollo y, por supuesto, no disfrutan de derechos básicos como el derecho a la alimentación, a la salud, a vivir en familia, entre otros.
En Salamanca, existe un lugar exclusivo para ellos, se le conoce como “La casa del migrante” y ahí reciben a niños, les ofrecen comida, un techo, servicios básicos y les otorgan una oportunidad de descanso mientras deciden volver a emprender el ineludible camino.
Fotografías de UNICEF e internet
