Las bebidas azucaradas y carbonatadas, como los refrescos, néctares, jugos y tés industrializados perjudican la salud debido a su alto contenido de azúcar; por ejemplo, un refresco de 600 mililitros se compone de aproximadamente 12 cucharadas de azúcar.
“La Organización Mundial de la Salud sugiere el consumo del equivalente a cinco cucharadas de azúcar durante el día en adultos y cuatro para menores de edad, por lo tanto, con sólo un refresco se está consumiendo más del doble de lo necesario”, dijo María del Consuelo Boy Ayala, nutrióloga de la Unidad de Medicina Familiar No. 56 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Aclaró que erróneamente se llega a pensar que sustituyendo el refresco por un jugo industrializado, en el lunch de los menores, disminuye el consumo de azúcar, pero en estos productos se utilizan azúcares añadidos y existe manipulación en la información de esa mercancía que busca generar la idea de ser sanos.
También, dijo, las bebidas de sabor que son transparentes y que aparentemente son más sanas, contienen hasta nueve cucharadas de azúcar en su presentación de un litro.
Existen recomendaciones que prohíben todo este tipo de bebidas en menores de dos años de edad, pero desafortunadamente nuestro país tiene altos índices de consumo de refresco a todas las edades.
Lo recomendable es el consumo de agua simple potable, de un litro y medio a dos litros diariamente y debe ser medida a fin de realmente beber dicha cantidad, porque podemos pensar que se está ingiriendo lo suficiente, pero la cantidad puede ser engañosa, al no tener el sentido real de una medida.
Otras opciones son el agua de sabor con fruta natural, con poca azúcar, o un té de limón natural. Entre los beneficios que genera el consumo de agua natural se encuentran la prevención de sobrepeso y obesidad, así como de enfermedades cardiacas, ya que los azúcares se convierten en grasa y a su vez en triglicéridos.
Es lamentable, continuó, que existan casos de menores de edad con triglicéridos y colesterol altos, por ello se debe hacer conciencia en la prevención de enfermedades y adoptar un estilo de vida saludable.