Según cifras de la Secretaría de Salud federal, en México el promedio de lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé es de 14.4%; al año sólo la tercera parte de los niños recibe lactancia materna y a los dos años sólo una séptima parte. Del periodo 2006-2012, la lactancia materna exclusiva disminuyó de 22% a 14% en las zonas urbanas y en el área rural la reducción fue de 37% a 19%, se redujo casi a la mitad.
¿Cuáles son los beneficios de la lactancia materna? Y ¿por qué debe ser exclusiva?
Los bebés que se alimentan con leche materna tienen seis veces más probabilidades de sobrevivir; gozarán de mejor salud porque ésta previene las infecciones gastrointestinales y respiratorias; también reduce los riesgos de obesidad, diabetes mellitus, alergias e inclusive de leucemia y cáncer infantil. La leche materna es más fácil de digerir que la fórmula y ofrece una combinación ideal de nutrientes, incluyendo las vitaminas, proteínas y grasas que necesita el bebé. Dar pecho fortalece el vínculo afectivo entre la madre y el bebé, quien desarrolla mayor seguridad, autoestima y altos niveles de inteligencia.
Para la salud materna, la lactancia también aporta beneficios. Las mujeres que amamantan a sus bebés también obtienen grandes beneficios: se recuperan más rápido del parto, tienen menos riesgos de hemorragias y de depresión posparto, regresan al peso original en menor tiempo, reducen las probabilidades de contraer enfermedades como diabetes mellitus tipo II, osteoporosis, cáncer de mama, hipertensión arterial y problemas cardiacos.
Desde el punto de vista económico y laboral, la lactancia es muy favorable porque es gratuita y ayuda a reducir los gastos en cuidados médicos y alimentos. Para las empresas, públicas o privadas, apoyar la lactancia materna de sus empleadas les significa reducir las incidencias de salud y ausentismo. El Estado debe fomentar la lactancia materna exclusiva, atendiendo las condiciones sociales, culturales y laborales de la mujer lactante. Es necesario que se generen espacios amigables donde dar el pecho, para que se pueda practicar en lugares públicos, oficinas, restaurantes, escuelas y, desde luego, en clínicas y hospitales.