ME DA GUSTO VER QUE EL CORREO TRADICIONAL NO HA DESAPARECIDO, a pesar de que la influencia del Internet parece haber condenado al medio tradicional de enviar mensajes.
Estoy satisfecho porque les envié un cuento ilustrado a mis ahijadas, por medio de CORREOS DE MEXICO y más satisfecho estaré sí el paquete llega a su destino. Y es que el descuido, la falta de apoyo por parte del gobierno a este servicio, siempre lo ha mantenido en el limbo de la pseudo-eficiencia. Sin embargo, muchos de mi generación vivimos la emoción de escuchar el silbato del cartero, que avivaba la esperanza de recibir la carta tan deseada.
Generalmente el servicio es lento porque hay una excesiva carga de trabajo para los empleados del servicio postal. Además, se trata de una actividad rutinaria, bastante burocrática y estresante (a juzgar por la cara de malos amigos que tienen algunos que atienden al público) de hecho en Estados Unidos se han dado casos de gente que se suicida y uno que otro que toma una pistola y empieza a matar gente; es un trabajo propio para alegrar solamente a un pequeño número de personas. Afortunadamente, en México nos da más por el alcohol, las drogas o el futbol.
Bukowsky, considerado por los críticos de lo más grande que ha ocurrido en la literatura contemporánea, trabajó en una oficina postal y cuenta como sufría cuando les hacían una «prueba» que consistía en medir su velocidad para separar cartas según su destino. Y de su habilidad dependía conservar el puesto….tal vez esto influyó en que se volviera un alcohólico empedernido.
El trabajo de cualquier empleado de Correos no es fácil y es muy loable: nunca se va a comparar la sensación de tener una carta entre tus manos -¡a veces hasta perfumada!- con la sensación puramente intelectual de un E-mail. Creo que debemos encomiar la labor de los amigos de Correos y procurar utilizar su servicio. A mi me gusta mucho el correo “a la antigüita”.