- Padres del pequeño Jairo, ingresado por una infección de garganta, acusaron a médicos y enfermeras de no brindarle la atención adecuada y oportuna.
“¡¡Ellos me lo mataron. Ellos mataron a mi hijo!!” fue la acusación que con lágrimas en los ojos hicieron los padres del pequeño Jairo de 8, en contra del personal del Hospital General de Salamanca, luego que este miércoles tomaran la decisión de retirar medicamentos y el respirador artificial, después que ratificaran la muerte cerebral del niño de 8 años, a una semana de haber ingresado por una infección en la garganta y que durante ese tiempo no recibió la atención adecuada y a tiempo.
Con rabia contenida y desesperación, pero ante todo invadidos por el dolor de saber que ya nada les regresará al menor de sus tres hijos, los señores Carlos Sandoval Martínez y Virginia Juárez, denunciaron un serie de negligencias médicas desde que el niño ingresó, donde el factor tiempo y la deficiente atención, fue lo que costó la vida de su pequeño hijo, por enfermedad desconocida, debido a un diagnóstico que nunca fue claro.
La tragedia para la familia Sandoval Juárez empezó desde el pasado jueves cuando lo llevó al Hospital General de Salamanca por una convulsión “traje a mi hijo el miércoles pasado por una infección en la garganta, (..) el jueves todavía se despertó y habló con el doctor, estuvo bien, lo mandaron a hacer una tomografía a Valle, él fue y vino, estuvo bien, después de la tomografía él llegó aquí y comió”, para el jueves empieza a adormilarse y ya no cenó.
SEÑALAN A PERSONAL DE ATENCIÓN NEGLIGENTE
Durante estas horas que fueron vitales para su hijo, la señora Virginia, cuestionó el motivo por el que ningún médico que lo atendió se tomó la molestia de investigar cuál era el padecimiento que fue acabando poco a poco con la vida de su pequeño “y lo dejan así”, ya que fue hasta el viernes cuando en un estudio de su columna
“A mí me sacan, sacan a la familia; pero hubo quién vio, a la no se que era médico o enfermera, no sé qué sería, vienen a ponerle anestesia cuando le pusieron tres medicamentos fuertes, (cuando) ¡es un niño, no es un adulto!, se le cae el medicamento al piso y claro para no desperdiciar, lo recoge con jeringa del piso y se lo inyecta al niño y ya no supo, ni qué dosis le puso, cuando le dijeron es 0.5 mililitros, y dijo ¿5 mililitros?”.
A partir de ese momento refiere la inconsolable madre “mi hijo jamás volvió a reaccionar, ya no me habló”, la misma aplicación irresponsable de otro medicamento le realizó otra enfermera de nombre Lili, lo que originó que el pequeño que estaba ya inconsciente, empezó a agitarse y a moverse frenéticamente.
“Todo esto se me hace una negligencia”, porque nunca se le hicieron los estudios adecuados de manera oportuna, sobre todo el fin de semana, que por falta de especialistas que descansan, al pequeño lo canalizan al Hospital de Alta Especialidad en León hasta el martes, cuando ya no reaccionaba “ellos ya lo sabían, que mi hijo… tenía… muerte cerebral…”, señaló la señora Virginia con voz entrecortada y sollozos.
TRES DIAS PERDIDOS
Fueron “tres días perdidos”, porque los neurólogos no trabajan los sábados y domingos “y si lo médicos sabía que había que hacerle una resonancia magnética, ¿porqué me lo dicen hasta el lunes, si yo la voy a pagar, porqué no me dicen el viernes, si yo de todos modos la pagué?” y todavía decirle que el jueves estaba la resonancia pero en Celaya porqué, si no tenían que pagarla”.
Otro reclamo es el motivo por el qué el pequeño fue enviado el martes a León, si ya presentaba muerte cerebral, con un diagnóstico falso por supuesto derrame craneal por posible tumor, que resultó falso.
ENGAÑO PARA LOGRAR LA DONACIÓN
Los familiares sin embargo argumentan que el envío a León, no fue más que una simulación para proponerles aceptaran la donación multiorgánica del pequeño, “ellos tenían el plan de tenerlo con adrenalina para que su corazón trabajara mientras nosotros decidíamos si donábamos los órganos”, pero por el coraje y la impotencia “mi hijo pidió ayuda y ¿quién se la dio? Y ahora porqué he de ayudar a otros niños?, No. Mi hijo se va completo o no se va”, subrayó llorando el padre de Jairo, al cuestionar si por los órganos lo tuvieron dos días en el Hospital de León.
En medio de la pena pero con la entereza de no permitir que el pequeño Jairo siga sufriendo más y para que al igual que toda la familia, descansen en paz, la noche de este miércoles tomaron la decisión de retirar el medicamento y dar un plazo determinado de hasta 16 horas para ver la reacción del pequeño y en caso de que su cuerpo resista, tomarán la decisión de desconectarlo del respirador artificial que lo mantiene con vida, al tiempo que advirtió la familia que obviamente procederán en contra del hospital y con el personal que incurrió en negligencias que consideran le costaron la vida al pequeño Jairo.