Las relaciones de pareja destructivas son causantes de problemas de salud severos y requieren de tratamiento psicológico para sanar el daño.
Es bien conocido que el estado emocional de cada persona afecta los estados físicos y psicológicos a largo o mediano plazo. Los conflictos en pareja suelen ser uno de los males más complejos de erradicar y que deterioran nuestra salud de manera significativa.
La causa principal es el estrés; vivir bajo condiciones de tensión va haciendo que nuestra presión, sistema digestivo, sistema endocrino, la salud mental, entre muchos otros, se vea intensamente afectada, y así, nuestra calidad de vida.
A la hora de hablar de pareja, nos cuesta mucho creer que estar con la persona equivocada (que en ese momento no nos lo parece tanto) nos puede enfermar.
El vivir en una relación de pareja donde no hay respeto, admiración, amor, amistad, complicidad, proyectos en conjunto, escucha, diversión, sexualidad; sino todo lo contrario: faltas de respeto, denigración, maltrato (físico y/o psicológico), indiferencia, agresiones hacia lo que pienso, siento y hago, entre otras cosas terribles que pueden llegarse a vivir en pareja. Esto simplemente va matando poco a poco a alguien. Así se siente y así pasa físicamente.
Situaciones como:
Sentir miedo
Inseguridad
Estrés a la hora que llega la pareja
Temor la mayor parte del tiempo por el “qué va a decir”, “le va a gustar”, “se va a enojar”.
El vivir así constantemente es, evidentemente, un generador de estrés, una sensación de alerta permanente en donde el cerebro y las hormonas hacen su trabajo (defender, estar alerta), pero al cabo de un tiempo esto daña al cuerpo.
No es menor el daño a nuestra salud física. Pero la salud psicológica y nuestra estabilidad emocional es la razón por la cual nos paramos a diario y luchamos para estar mejor; y ésta se ve gravemente afectada cuando estás en una relación que sufres, que te desgasta y que te aniquila diario el ánimo.
¿Cómo darte cuenta?
Siempre tenemos que estar al pendiente de nosotros, de cómo andamos en el trabajo, con los hijos, con la familia, con nuestros amigos; éstos son grandes indicadores de nuestra salud emocional.
Aquí te damos algunos puntos para que analices cómo andas y puedas tomar alguna decisión que pueden ir desde hablar con tu pareja, pedir ayuda, ir a psicoterapia, hasta terminar esa relación. Ninguna de las opciones anteriores es fácil, pero tu salud mental y física lo vale.
Relaciones destructivasAlgunas señales de alerta:
En presencia de mi pareja existen nervios por cualquier reacción (generalmente negativa) que vaya a tener; cuido todo para que no se moleste.
Cuando estoy con mi pareja surge la inseguridad, nervio, no doy una, frecuentemente le molesta lo que digo o hago, siento que soy muy poca cosa para mi pareja.
En mi vida sexual no existe satisfacción, pero no me atrevo a decirlo porque temo a la reacción de mi pareja.
Cada vez me siento peor, no me gusto físicamente, ni me siento inteligente, ni buena gente; características que antes me decía la gente siento que las he perdido.
En el trabajo y en lo social cada vez estoy peor; no rindo laboralmente, me he endeudado, ya no veo a mis amigos, me he separado de gente a la que me gustaba ver.
Ante una situación así, lo más recomendable es asistir a terapia y lograr reparar el daño causado por estas señales, acciones y sentimientos. Cuéntanos tu experiencia y dinos qué te ayudó a recuperar la autoestima.
FUENTE: Fundación APTA