El sobrepeso y la obesidad pueden predisponer a complicaciones para que la mujer se embarace y favorecer la presencia de factores que desarrollan hipertensión y padecimientos endocrinológicos.
Ante ello, una de las estrategias más importantes es la vigilancia prenatal, con lo cual se obtiene atención oportuna en primero, segundo y tercer nivel, en caso de que la futura madre desarrolle algún padecimiento que ponga en riesgo su y del producto.
“Los mexicanos estamos en los primeros lugares de obesidad y de sobrepeso, lo que condiciona que un mayor porcentaje de mujeres lleguen al embarazo con este factor, que puede predisponer a ciertas enfermedades”, comentó el coordinador auxiliar de Primer Nivel de Atención, de la Delegación Guanajuato del IMSS, doctor Alfredo Báez Montes.
Además de representar riesgos de salud para la madre, también los genera para la bebé o el bebé como problemas de macrosomía, es decir, nacen con peso por arriba de los cuatro kilogramos, predisponiéndolos a desarrollar padecimientos desde niños.
El médico del IMSS, además señaló que las alteraciones en la presión arterial llegan a ocasionar eclampsia y preeclampsia que pueden generar sufrimiento fetal poniendo en riesgo la vida de la madre y del producto. La preeclampsia, impide el crecimiento intrauterino adecuado del bebé, favorece la disminución en el volumen de líquido amniótico y, en casos extremos, puede provocar el desprendimiento prematuro de la placenta. El riesgo para la vida del bebé es muy alto.
Comentó que lo ideal es que al buscar el embarazo la mujer acuda al médico para tener una preparación previa a la gestación, ya que durante el embarazo la mujer no debe aumentar su peso en exceso para evitar riesgos. Recomendó a las mujeres acercarse a su Unidad de Medicina Familiar para conocer cómo llevar a mejor término su embarazo, con resultados positivos para ambas partes.