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Así maltrata la obesidad el hígado de los niños

Un nuevo estudio publicado en ‘Journal of Pediatrics’ muestra que el aumento de peso puede tener un impacto negativo en la salud hepática en niños de hasta ocho años. El estudio encontró que...

Un nuevo estudio publicado en ‘Journal of Pediatrics’ muestra que el aumento de peso puede tener un impacto negativo en la salud hepática en niños de hasta ocho años.

El estudio encontró que una mayor circunferencia de la cintura a los tres años aumenta la probabilidad de que a los ocho años los niños tengan marcadores de enfermedad hepática grasa no alcohólica.

«Con el aumento de la obesidad infantil, estamos viendo más niños con hígado graso no alcohólico en nuestra práctica de control de peso pediátrico», explicó la líder del estudio, Jennifer Woo Baidal, profesora asistente de Pediatría en el Colegio de Médicos y Cirujanos Vagelos de la Universidad de Columbia, Nueva York, Estados Unidos.

«Muchos padres saben que la obesidad puede conducir a la diabetes tipo 2 y otras afecciones metabólicas, pero hay mucha menos conciencia de que la obesidad, incluso en niños pequeños, puede conducir a una enfermedad hepática grave», añadió.

La enfermedad del hígado graso no alcohólico ocurre cuando se acumula demasiada grasa en el hígado y desencadena una inflamación que causa daño hepático.

La afección afecta a aproximadamente 80 millones de personas en Estados Unidos y es la afección hepática crónica más común en niños y adolescentes.

Si bien la enfermedad generalmente es asintomática, la progresión de la enfermedad del hígado graso no alcohólico puede provocar cirrosis (cicatrización) del hígado y, en algunos casos, cáncer de hígado.

Los estudios previos se han centrado en la enfermedad del hígado graso en adolescentes y adultos jóvenes.

En el estudio actual, Woo Baidal y sus colegas buscaron factores de riesgo de hígado graso en niños más pequeños.

Los investigadores midieron los niveles sanguíneos de una enzima hepática llamada ALT –la ALT elevada es un marcador de daño hepático y puede ocurrir en personas con enfermedad hepática grasa no alcohólica y otras afecciones que afectan al hígado– en 635 niños del Proyecto Viva, una prospectiva en curso que estudia a mujeres y niños en Massachusetts, Estados Unidos.

A la edad de 8 años, el 23 por ciento de los niños en el estudio tenían niveles elevados de ALT.

Los niños con una mayor circunferencia de la cintura (una medida de la obesidad abdominal) a los 3 años y aquellos con mayores ganancias en las medidas de obesidad entre las edades de 3 y 8 años presentaban más probabilidades de tener ALT elevada.

Aproximadamente, el 35 por ciento de los niños de 8 años con obesidad presentaban ALT alta en comparación con el 20 por ciento de aquellos con peso normal.

«Actualmente, la mejor manera para que los niños y adultos combatan la enfermedad del hígado graso es perder peso, comer menos alimentos procesados y hacer ejercicio regularmente. Necesitamos urgentemente mejores formas de detectar, diagnosticar, prevenir y tratar esta enfermedad desde la infancia», concluyó.

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