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Los infartos en personas jóvenes, cada vez más frecuentes

La cardiopatía isquémica es la primera causa de muerte en México y en el mundo, alerta Juan Carlos Becerra Martínez, cardiólogo especialista en cardiopatía isquémica de Doctoralia. La cardiopatía isquémica,...

La cardiopatía isquémica es la primera causa de muerte en México y en el mundo, alerta Juan Carlos Becerra Martínez, cardiólogo especialista en cardiopatía isquémica de Doctoralia.

La cardiopatía isquémica, o enfermedad coronaria, es el tipo más común de enfermedad cardiaca, e inicia cuando las arterias que suministran sangre el corazón se bloquean parcial o completamente, lo que ocasiona una reducción en el flujo sanguíneo al músculo cardiaco.

En México no existen cifras que den cuenta de cuántos jóvenes están experimentando esta enfermedad otrora de personas mayores de 50 años, pero los médicos coindicen en que ha habido una disminución en la edad a la que aparecen estos padecimientos.

“El infarto en jóvenes es una epidemia de este siglo y se debe a los factores de riesgo cardiovasculares que antes se presentaban en los adultos” explica el especialista de Doctoralia, plataforma que conecta pacientes con profesionales de la salud.

Becerra Martínez puntualiza que las víctimas menores de 40 años, con un pico de prevalencia a los 35 años. “Llegan muchachos con infartos y descubrimos que presentan arterias ocluidas, así que se les realiza un cateterismo cardiaco de urgencia”.

Estilo de vida, determinante

Entre 2016 y 2017 aumentó el número de jóvenes entre los 30 y 40 años que ha sufrido infartos, y todo ha sido por un proceso que comienza desde muy jóvenes.

“Uno de mis pacientes durante su adolescencia tuvo problemas de obesidad, luego empezó a fumar y a llevar una vida sedentaria y una alimentación poco saludable.

En su etapa adulta desarrolló hipertensión arterial, problemas de grasas y después diabetes. Tampoco se realizaba chequeos constantes ni tratamientos, lo cual lo llevó a tener un infarto agudo”, explica el especialista en cardiopatía isquémica.

Esta enfermedad está estrechamente relacionada con el estilo de vida y con factores de riesgotanto modificables (hábitos, dieta, sedentarismo) como no modificables (edad, género, raza).

Los hábitos actuales han ocasionado que el 32 por ciento de la población adulta sea obesa, y que uno de cada seis adultos padezca diabetes.

La cardiopatía isquémica es más común en los países con altos índices de obesidad como México.

“En mi consulta tanto pública como privada, el 70 por ciento de mis pacientes padece obesidad, la mitad hipertensión y todos llevan una vida sedentaria.

Infinidad de ellos consideran que aunque tengan una dinámica cotidiana que los obliga a caminar largos trayectos o esfuerzos físicos importantes ya es suficiente, pero en realidad no es así.

La recomendación es actividad física por lo menos 90 minutos a la semana para prevención de males cardiacos”, indica Becerra Martínez.

El estrés mata

El estrés también es considerado un factor de riesgo cardiovascular porque es una reacción química en donde hay una liberación excesiva y sostenida de catecolaminas, neurotransmisores que aceleran el metabolismo cardiaco.

El estrés, la ansiedad y la personalidad, sobre todo la del tipo A, son considerados un factor de riesgo.

Antes de los 50 años, por cada tres hombres con enfermedades cardiacas hay una mujer; pasados los 50, la prevalencia es igual para ambos sexos.

¿Cómo prevenir?

El chequeo médico se recomienda cuando la persona tiene dos factores de riesgo como padres que sufrieron de un evento cardiovascular antes de los 40 años, o si se tiene obesidad con Índice de Masa Corporal superior a 30, o si padece enfermedades cronicodegenerativas como diabetes o hipertensión.

“Si existen esos factores, aunque no haya síntomas, lo más recomendable es una evaluación cardiológica especializada” indica Juan Carlos Becerra.

Los estudios recomendados pueden ser bioquímicos y de imagen, y deben ser realizados anualmente. “Las pruebas incluirán perfil de lípidos para la evaluación de sustancias como el colesterol y las lipoproteínas, que también son consideradas de riesgo cardiovascular”.

También está indicada la determinación de calcio coronario a través de una tomografía, o una prueba de esfuerzo en donde la persona camina o corre sobre una banda mientras se monitorea su actividad cardiaca mediante un electrocardiograma.

“Si se detectan alteraciones en estas pruebas, el paciente es susceptible a un infarto a corto o mediano plazo, así que se recomienda la realización de estudios más complejos para analizar la anatomía de las arterias del corazón”.

Para revisar las arterias existe un método invasivo llamado cateterismo cardiaco, y uno no invasivo, conocido como angiotomografía de arterias coronarias.

El tratamiento dependerá de los resultados del estudio. “Si el colesterol está elevado se procederá a dar tratamiento con estatinas, y si existe hipertensión o diabetes deberán atenderse esos padecimientos”.

Una vez que se tiene un diagnóstico, lo más importante es el apego al tratamiento, así como la modificación del estilo de vida, sobre todo en lo referente al tabaquismo.

El proyecto MONICA, —el mayor estudio sobre cardiopatías jamás realizado en el mundo con seguimiento a nueve años en 21 países, — reveló que los fumadores entre 35 y 39 años de edad tenían cinco veces más riesgo de sufrir infarto del miocardio en comparación con los no fumadores, según datos de la Gaceta Médica de México.

Jóvenes infartados, con peor pronóstico

Tal vez has escuchado que los jóvenes con enfermedades cardiacas suelen tener más complicaciones. Pues es cierto.

En las personas de mayor edad el problema cardiaco se vuelve crónico, lo que permite que el corazón se vaya adaptando a esa falta de irrigación y cree nuevos vasos (vasos colaterales), los cuales alimentan de sangre la zona afectada.

“En los jóvenes no existe esa irrigación colateral, así que si se les tapa la arteria principal no hay forma de que llegue sangre a la porción dañada” explica Juan Carlos Becerra.

Preocupación por este problema

La cardiopatía isquémica en jóvenes representa un nuevo reto a la salud pública.

Los infartos son uno de los principales factores de riesgo que más afectan a los mexicanos. Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) sobre los Sistemas de Salud: México 2016, si bien México ha mejorado en reducir la mortalidad por infartos cardiacos, la tasa de supervivencia continúa como una de las más reducidas en comparación con el resto de los países de la OCDE.

El doctor Becerra precisó que es imperativo considerar que los infartos pueden activarse en cualquier momento y en etapas tempranas de la adultez.

La OCDE resalta la importancia de alertar de los peligros que conllevan un infarto al corazón, sobre todo porque infinidad de personas (47 por ciento) desconocían que padecían hipertensión, uno de los principales factores de riesgo de infartos cardiacos.

Por otra parte, de los que conocían que tenían el padecimiento, sólo 73 por ciento recibía tratamiento y menos de la mitad había reducido su presión de forma adecuada.

En el caso de la Diabetes, la OCDE precisa que en 2016 casi un millón de mexicanos afirmó no haber visto a un doctor para una revisión rutinaria, y 24.7 por ciento de las personas con diabetes tenía riesgos considerables de sufrir complicaciones como infartos cardiacos, insuficiencia renal y pérdida de la visión.

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