Cañada de la Virgen sobresale por su monumentalidad arquitectónica, su complejidad constructiva y la aplicación de un mismo concepto del espacio social.
Un asentamiento prehispánico, enclavado en la frontera septentrional de Mesoamérica, es la primera sede en el país que recibe dicha muestra que permite dimensionar la importancia del legado de los Mexicas.
De esta zona arqueológica, cuyos principales monumentos se utilizaron para realizar observaciones del cielo, podemos agregar que su traza urbana refleja los ciclos cósmicos a los que se vinculaba la vida de grupos de agricultores que también practicaron la recolección y la cacería de las regiones semidesérticas aledañas e intercambiaron con otras regiones mesoamericanas objetos utilizados en actividades rituales.
El Complejo B se le asignó el nombre de La Casa de la noche más larga porque su ubicación, en el contexto ceremonial, sugiere una relación con el solsticio de invierno (21 de diciembre), cuando el sol se encuentra en su mayor desplazamiento hacia el sur y ocurre la noche más larga.
Hallazgos significativos son los entierros asociados a dos espacios ritualizados. El primero localizado en el desagüe pluvial de la plataforma sur del complejo. La osamenta es femenina y corresponde a una niña de siete años de edad, depositada al centro de un círculo de piedras y acompañada por una ofrenda de cerámica de cajetes y planos.
La niña de lluvia, -como se llamó a este entierro-, portaba en su cuello un pequeño collar de cuentas que incluye una cuenta en forma de mariposa en la forma central del collar. El segundo hallazgo fue El decapitado. Los análisis forenses indicaron evidencias de enfermedades, así como una decapitación aparentemente postmorten.
El Templo Rojo situado en la cúspide del basamento piramidal, se liberó la pared oeste de la sección sur del templo, que es el soporte del mural. Este está manufacturado con diseños geométricos en rojo, negro, blanco y ocre, que según el estudio están compuestos de óxido de hierro y carbono.
Otro entierro que reveló la excavación arqueológica fue en la que el personaje fue envuelto, según el estudio forense: “Se registraron los restos de un petate de tejido fino que aparentemente envolvió el cuerpo, así como lo que parecía ser una litera o armazón formada con varas de madera, la cual podría haber contenido al bulto de petate de una forma sumamente similar a la que se aprecia en códices oaxaqueños.