1- Si te encuentras débil, convaleciente o con anemia te aconsejamos este remedio, tómalo en ayunas: una remolacha pequeña con media manzana, 1/4 de limón y una zanahoria.
2- Las hojas (cuello) de la remolacha son una fuente excelente de vitamina A y las raíces (remolachas) son una buena fuente de vitamina C.
3- Las remolachas son particularmente ricas en folato. Se ha encontrado que el folato previenen defectos de nacimiento del tubo neural (nervioso) y ayudan contra enfermedades cardíacas y anemia.
4- Las remolachas también tienen alto contenido de fibra, soluble e insoluble. La fibra insoluble ayuda a mantener su tracto intestinal trabajando bien, mientras que la fibra soluble mantiene sus niveles de azúcar en la sangre y colesterol controlados.
5- La remolacha es un alimento de moderado contenido calórico, ya que tras el agua, los hidratos de carbono son el componente más abundante, lo que hace que ésta sea una de las hortalizas más ricas en azúcares.
6- Es laxante por lo que combate el estreñimiento y las molestas hemorroides.
7- También es un buen remedio para mejorar la función hepática y para las infecciones en la vejiga urinaria.
8- Posee folatos que intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de material genético y en la formación de anticuerpos en el sistema inmunológico.
La remolacha es apropiada en la dieta de la embarazada gracias a su contenido en folatos que asegura el correcto desarrollo del tubo neural del feto, sobre todo en las primeras semanas de gestación. Su deficiencia provoca en el futuro bebé enfermedades como la espina bífida o la anencefalia.
Los requerimientos de folatos son superiores también en los niños. Por eso, incluirlas en su alimentación habitual es vital para prevenir deficiencias.