Cuando hablamos de vacunas, generalmente las relacionamos con niños pequeños, quizá la de la influenza cada año en el caso de los adultos, sin embargo, lamentamos decirte que no siempre es así. Efectivamente, si naciste entre 1970 y 1989, podrías necesitar esta vacuna.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se le llama vacuna a cualquier preparación que busca crear inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos. Ahí radica su importancia, pues permite reforzar al sistema inmunitario y prevenir enfermedades graves, incluso potencialmente mortales.
Pese a todos los mitos difundidos en torno a estos medios de inmunización, no hay pruebas científicas que los avalen. Lo único real es que el movimiento antivacunas está poniendo en riesgo al resto de la población y propiciando la aparición de brotes de enfermedades erradicadas.
Ése es el caso del brote de sarampión, que tiene en alerta a muchos países, pero en mayor medida a Estados Unidos, pues según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en lo que va del 2019 han sido notificados la mayor cantidad de casos desde que se había eliminado la enfermedad en el 2000, donde la mayoría son personas no vacunadas.
Recordemos que, dado que los virus pueden cruzar las fronteras a través de las personas, es muy importante tener todas tus vacunas. Si naciste antes de 1989, seguro dirás a ti sí te vacunaron, incluso puedes tener tu cartilla de vacunación, sin embargo, hay algo que no consideras.
Actualmente los niños reciben 2 dosis de la triple viral, una combinación contra el sarampión, rubeola y paperas (SRP), la cual tiene una efectividad del 97%, sin embargo, a los nacidos antes de 1989 (dentro y fuera de Estados Unidos), sólo se les aplicó una dosis, contando con una efectividad del 93%.
Si bien no es obligatorio que te la apliquen, sí es algo que debes tomar en cuenta, en especial si sales del país constantemente. Aunque si fuiste vacunada entre 1963 y 1967 con vacunas de virus muertos, los CDC recomiendan recibir la versión actual que es más efectiva.
Asimismo, si no tienes idea de si fuiste vacunada, no estaría de más que te la aplicaras, en especial si planeas viajar a Estados Unidos o algún país con brotes de sarampión recientes.
Finalmente, si después de viajar o estando dentro de tu país, presentas síntomas como fiebre, tos seca, resfrío, dolor de garganta, conjuntivitis, manchitas blancas con centro blanco azulado y fondo rojo en la boca o interior de las mejillas, o sarpullido (manchas grandes y planas), consulta a tu médico, pues según Mayo Clinic, son síntomas de sarampión.
Estos pueden aparecer de 10 a 14 días después de exponerte al virus, el cual se contagia a través de la tos, estornudos o incluso gotas de saliva al hablar de alguien infectado.