El cáncer es una temida enfermedad que puede prevenirse. Según el Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer, hasta un 30% de los casos que se detectan hoy en día pueden prevenirse con unos hábitos de alimentación adecuados.
Del mismo modo que hay elementos que representan un factor de riesgo de cáncer, como el tabaco, también existen alimentos que actúan como protección. Aunque debemos aclarar que ello no significa que si los tomamos nunca enfermaremos de cáncer, pero sí disminuiremos el riesgo.
Para proteger nuestro organismo ante esta temida enfermedad, los médicos indican que se deben tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:
Grasa corporal
Es importante mantener una alimentación en la que no se engorde. El sobrepeso y la obesidad aumentan el riesgo de sufrir cáncer de mama (después de la menopausia), de colon, riñón y esófago. Algunos estudios también han relacionado obesidad con cáncer de vesícula, ovarios y páncreas.
Nutrientes indispensables
Una alimentación para prevenir el cáncer debe incluir minerales y vitaminas, es decir, los alimentos que contengan mayor cantidad de antioxidantes capaces de neutralizar la acción de los radicales libres que alteran las células y favorecen el desarrollo de tumores. Está comprobado que una dieta rica en vegetales reduce el riesgo de sufrir cáncer de pulmón, de boca, de esófago, de estómago y de colon.
Grasas animales
Es imprescindible evitar el exceso de grasas de origen animal (tocino, embutidos, etc.). Aunque esto no quiere decir que nunca podamos consumirlas, el problema está cuando se convierte en un hábito diario.
Dieta mediterránea
Diversos estudios han demostrado que la dieta mediterránea es la que mejor nos protege, no solo del cáncer, sino también contra otras muchas enfermedades. Un menú siguiendo esta alimentación debe incluir siempre verduras en la preparación de los platos.
Moderar el consumo de carne
Comer carne roja en exceso aumenta el riesgo de cáncer de colon. Lo ideal es consumir carne dos o tres veces a la semana (como máximo) y en raciones que no sobrepasen los 100 g.
Cocina sana
La forma de cocinar influye en el riesgo de contraer cáncer. Las cocciones en las se colocan los alimentos a altas temperaturas no son aconsejables. Por ejemplo en las barbacoas, el alimento se somete directamente al fuego y al humo que se desprende, llegando a alcanzar un calor tan intenso que quema el exterior, formándose moléculas tóxicas, que tomadas en exceso resultan perjudiciales para la salud. Es por ello que para controlar la temperatura, debemos cocinar al vapor, al horno, a fuego lento, etc.
Consejos de alimentación para reducir el riesgo de algunos tipos de cáncer
- Controlar la obesidad y mantener un peso saludable. Obesidad está asociada a incrementos de ciertos tipos de cáncer (ej. colon).
- Comer frutas y vegetales. Como mínimo unas cinco o más piezas al día.
- Comer más fibra. Al menos 18 gramos por día.
- Comer menos grasas.
- Evitar comer demasiada carne roja.
- Beber alcohol con moderación.