Muchas mujeres aseguran que consiguieron bajar de peso de forma más rápida durante la lactancia. Pero muchas otras lo consideran un mito. ¿Cuál es la verdad? La lactancia materna ¿adelgaza?
La experta en bebés, partos y lactancia materna Sara Cañamero responde a nuestra duda, y asegura que tiene parte de razón, pero no ocurre en todos los casos.
La lactancia materna hace que la mujer consuma al día algo más de unas 500 kcal, y es cierto que para producir leche principalmente vamos a tirar de la grasa depositada en caderas y muslos. Esto daría con una respuesta afirmativa a nuestra pregunta. Sin embargo, ¿por qué hay mujeres que sí que adelgazan y otras tienden a acumular kilos durante estos meses?
La lactancia adelgaza sólo si la ingesta no sobrepasa el consumo de calorías, es decir si no comemos de forma compulsiva, mantenemos una dieta normocalórica y equilibrada y estamos descansadas, sumado al gran consumo de calorías que supone la lactancia vamos a ir perdiendo peso de manera paulatina.
Pero es que la realidad del postparto no siempre es así, con lo que no debes sentirte culpable: lo normal es que estemos no sólo cansadas, sino agotadas; nuestra masa muscular esté un poco disminuida y tendamos a alimentarnos a veces de manera caótica.
5 razones por las que No se adelgaza durante el posparto
1. Cansancio materno: creo que en este punto coincidimos casi el 100% de las madres, al menos durante algunos meses (algunas incluso años). Cuando estamos agotadas es normal que el cuerpo nos pida alimentos con muchas calorías que nos den energía de manera rápida. Necesitamos estar activas cuando nuestro bebé nos necesita, y si no podemos descansar adecuadamente una forma de conseguir poder “tirar” es comiendo. Con lo que tenemos tendencia a consumo de azúcares, hidratos de carbono y comida hipercalórica.
2. Ansiedad: cuando sentimos ansiedad, una manera de combatirla es mediante el consumo de azúcares refinados, el cuerpo nos pide comida basura y parece que así nos calmamos un poco. Pero siento decirte que es la pescadilla que se muerde la cola, ya que lo que comemos incide directamente en lo que sentimos. Y es justo estos alimentos los que pueden estar perpetuando el estado ansioso.
3. Consumo excesivo de azúcares refinados: cuando comemos en exceso azúcares el cuerpo produce mucha insulina, con la finalidad de captar toda la glucosa en sangre. La glucosa que excede nuestras necesidades es transformada y acumulada en forma de grasa. Pero en seguida volveremos a tener la sensación de hambre voraz, porque nos quedamos de nuevo sin glucosa, y vuelta a empezar. A más azúcar, más insulina, más hambre voraz, más azúcar otra vez.
4. Hormonas: el postparto es una situación hormonal complicada, en el que hay un déficit de estrógenos (como ocurre en la menopausia), esto hace que nuestro metabolismo vaya lento, y exista tendencia a la retención de líquidos.
5. Tiroidistis posparto: se da en un 5-10% de las mujeres y suele durar un año, en el que vemos dos fases bien diferenciadas: una primera (dura entre 2 y 4 meses) en la que se da hipertiroidismo y el metabolismo está acelerado, con lo tendremos tendencia a adelgazar. Y una segunda fase que dura bastante más en la que se da todo lo contrario, y la tendencia será a acumular kilos y líquidos. Es fundamental realizar una analítica en el postparto para determinar que nuestro tiroides funciona bien, ya que hay mujeres a las que este problema no se les soluciona con el paso del tiempo, y permanecen hipotirodeas.
Lo más recomendable, como en la mayoría de las situaciones que nos encontramos en la vida, es el sentido común: una dieta saludable, con 5 ingestas al día; en las que haya predominancia de hidratos de carbono complejos, sobre los azúcares refinados, nos aseguremos el correcto aporte de frutas y verduras; así como una correcta hidratación, descanso (si se puede) y algo de ejercicio de bajo impacto.
GuíaInfantil/ Fuente