En Salamanca hay un monumento en el que deberíamos poner un poco más de atención, es otro de los maravillosos tesoros que forman parte de nuestra identidad, se encuentra en el centro de esta ciudad y es un recuerdo de valientes héroes que nos representaron.
Ubicado en el corazón de esta ciudad, justo en la explanada al frente de San Agustín.
Se trata de el monumento llamado » De los Obeliscos » una selección que se realizó hace ya muchos años y donde aparecen nombres de ilustres y distinguidos que han dejado una imborrable huella a lo largo de nuestra historia.
Son ellos, Albino García, Luis Araujo, José María Manocho, Bartolomé Sánchez Torrado, Tomasa Esteves, Emeteria Valencia, Andrés Delgado, Albino García y claro, el busto del héroe de la Independencia Miguel Hidalgo y Costilla.
El historiador salmantino Benjamín Arredondo, reflexionó que
sería bueno hacer una revisión a fondo de quienes sí y quienes no deberían realmente estar allí, eso será menester de mucho tiempo, pero señaló también que es bueno comenzar a recapacitar sobre quiénes realmente merecen estar en tal selecto elenco, ya que, a decir del historiador, el caso de Bartolomé Sánchez Torrado no es correcto, pues se trata solamente de un español que vino, como miles, en busca de fortuna y no más que eso y haber tenido la casualidad que el tiempo y la circunstancia le ofreció para solicitar la fundación de una villa no es mérito alguno para rendirle, en todo caso se le dieron más que las gracias, se le dieron muchos terrenos que él y su familia usufructuaron y tan no dejó huella que de él, fuera de las actas en donde se asienta su nombre en la lista de aquellos autorizados por la Casa de Contratación de Sevilla para venir “a hacer la América”.
¿Y quienes serían los candidatos? Pues bien, hace ya más de medio siglo, digamos que en la década de los ochenta del siglo XIX, hubo un AUTENTICAMENTE distinguido salmantino que nos legó un elenco de 20 personas que a su juicio eran los más distinguidos, no todos nacidos en Salamanca, pero sí hicieron algo realmente de provecho por Salamanca.
Ha tenido Salamanca distinguidos hijos e ilustres benefactores.. En ese curioso plano están en efigie: el virtuoso obispo don Vasco de Quiroga, fundador Cristianismo en el antiguo pueblo de Xidoo, hoy Salamanca; el virrey don Gaspar de Zúñiga, que proveyó la fundación de la villa, efectuada en 1630 como ya se dijo; fray José Ortega, que construyó el convento de San Agustín en 1771; Andrés Delgado, » el Giro», temerario insurgente que murió el 3 de junio de 1818, fray José María Marocho, sabio y progresista agustino, que combatió en 1840 el proyecto patrocinado por el alto clero para restablecer la monarquía en México; don Eusebio de la Herrán, que fundó el alumbrado público; el cura don Luis Saavedra, que introdujo en el país la fabricación de la porcelana, estableciendo en Salamanca la primera fábrica; el licenciado don Manuel Doblado, que erigió el Partido Político de Salamanca; don Teófilo Araujo, compositor de merecida fama; y el presbítero don Vicente Bustos, que construyó a fuerza de constancia la torre en que está colocado el reloj público.
Figuran también en ese cuadro Margarito Cárdenas que murió combatiendo contra la intervención francesa en Uruapan; la Sra. Emeteria Valencia de González, a quiénes por diversos títulos Salamanca les debe un recuerdo de gratitud, así se escribió en la historia de este municipio.
Recordemos que Tomasa Esteves y Salas después de la muerte de su esposo por parte del ejército realista, asistió a una convocatoria para integrarse a la causa insurgente dirigida por el cura Miguel Hidalgo y Costilla, Esteves y Salas se destacó por su rol a favor de los enfermos y combatientes heridos del ejército insurgente, en su natal ciudad, en los primeros años de la guerra de Independencia. Otra de sus labores fue la de conseguir información confidencial del ejército realista español, e integrar el primer frente insurgente en Salamanca, junto con Andrés Delgado, Albino García Ramos y el cura Rafael Garcilita. En algún momento, los soldados realistas coincidieron en que Esteves y Salas era «la principal agente en procurar la deserción» en las tropas españolas, debido a su labor adicional de persuasión de algunos integrantes del ejército realista para que se unieran a la causa insurgente.
Emeteria Valencia Ibáñez fue una altruista muy activa, fundando “Escuelas de Beneficencia” en Celaya, escuela de artes y oficios para niños y niñas, y solventando iglesias en Celaya y Salamanca.
Otro grande fue Luis G. Araujo, notable músico y compositor Salmantino, nacido a mediados del siglo XIX en la Villa de Salamanca.
En los años 80’s del siglo XIX, Luis G. Araujo tuvo su época más productiva. Son obras suyas los famosos villancicos navideños que acompañan a los carros bíblicos salmantinos desde el año de 1872.
Como bien sabemos ahora, de este rincón ícono de Salamanca, podemos rescatar a varios héroes y personajes que le dieron vida a lo que hoy somos.
En Salamanca se guardan grandes historias escritas por ilustres mujeres y hombres que sin duda deben ser reconocidos y recordados perennemente, es así como los obeliscos llevan el nombre de quieres con sus acciones fueron haciendo que esta ciudad forme parte tan importante de nuestra historia.
Fuente
De la Torre, Juan. Ferrocarril Central Mexicano. Imprenta de I. Cumplido. México, 1888/Benjamín Arredondo/El señor del Hospital.