Un infarto, fue lo que le quitó la vida a Juan Carlos Padilla Aranda, el vendedor de tamales que falleció tras ser detenido con violencia el lunes 23 de noviembre en Celaya, así lo confirmó la Fiscalía de Guanajuato quien envió un comunicado señalando que falleció a causa de un infarto agudo al miocardio, y no a causa de los golpes que presentaba.
Por medio de un comunicado de prensa, la FGE indicó que Juan Carlos “contaba con un mandato judicial por un delito grave, mismo que fue otorgado por el juez de control, atendiendo a los datos de prueba aportados por el Agente del Ministerio Público a cargo de la investigación”, esto sin informar más detalles del supuesto delito.
A decir de la FGE, los agentes que ejecutaron la detención dieron cumplimiento al mandato judicial, sin embargo, Juan Carlos “opuso resistencia, fue sometido como quedó plasmado en los videos que circulan en diversas redes sociales”.
La Fiscalía detalló que “el aprehendido fue sometido, jamás golpeado, esto se puede constatar en los diversos videos que han proliferado y los captados por los vecinos que atestiguaron la detención, además de testimonios recabados”.
Según el resultado de la necropsia practicada a Juan Carlos por un equipo multidisciplinario de la Fiscalía, el habría fallecido por un infarto agudo al miocardio, y los resultados de las pruebas realizadas quedaron en “evidencia digital, para que pueda ser revisada por cualquier experto en la materia”.
Antagónico a este señalamiento institucional, la esposa del fallecido, desconoce por qué su marido fue sometido, de tal manera que ha considerado una injusticia todo este hecho.
