Si te mareas con frecuencia, tienes problemas para dormir, te sientes cansado todo el tiempo, tienes dolores de cabeza, sufres sobrepeso por comer más de lo normal, estás irritable, tienes tensión muscular o te sientes abrumado, puedes estar sufriendo de estrés.
El estrés es la respuesta psicológica y/o física no específica del organismo ante un estímulo (estresor o estresante) que puede ser un evento, persona u objeto.
Estar estresado puede traerte como consecuencia depresión, alteraciones del sueño, disfunción sexual, deterioro en las relaciones familiares, laborales o sociales, o bien, violencia hacia los demás o uno mismo. Quien lo padece tiene una causa particular, por lo que si quieres controlarlo deberás identificar la raíz u origen de dicha tensión.
La ansiedad es una forma de estrés como respuesta a un peligro indefinido, confuso o imaginario, caracterizada por tirantez, inquietud y sentido de desamparo.
¿Sabías que hay 2 tipos de estrés?
1. Estrés positivo: es aquel estrés donde el individuo interacciona con su estresor de una manera óptima, ayudando a su mente y cuerpo a sentir alegría, bienestar y equilibrio. Es aquel en el que las tensiones vividas ven su recompensa en algún motivo personal o profesional. Quien lo padece se caracteriza por ser creativo y estar siempre motivado.
2. Estrés negativo: es aquel que es perjudicante o desagradable ya que produce una sobrecarga de trabajo que ocasiona un desequilibrio fisiológico o psicológico que disminuye la productividad del individuo, provoca enfermedades y acelera el envejecimiento. La vida cotidiana está llena de estresantes negativos, como un mal ambiente laboral, problemas familiares, una pérdida, etc.
Hay 4 tipos de factores que provocan el estrés:
1. Psicosociales: son todos aquellos que se producen por la interacción social como desengaños, conflictos familiares, cambios de trabajo, pérdidas personales, problemas económicos, dificultades para tomar decisiones, entre otros.
2. Biológicos: son producto de las funciones normales y anormales de los órganos del cuerpo humano, como las enfermedades, drogas, obesidad, todo aquello que cause dolor físico, el ejercicio mismo.
3. Ambientales: son los aspectos del medio ambiente como el calor, frío, ruido, contaminación, entre otros.
4. Químicos: consumo de alcohol, tabaco y drogas.
El estrés puede traer consecuencias:
– Físicas, es decir, ocasionar enfermedades o problemas físicos, musculares o dermatológicos.
– Psíquicas, son aquellas que afectan a la mente, como la preocupación, dificultad para tomar decisiones, falta de concentración, olvidos, bloqueos mentales, mal humor, ansiedad, fobias, trastornos alimenticios o de personalidad, etc.
– Organizativas, donde afectan el ambiente laboral y las relaciones interpersonales.
Aquí algunos consejos para prevenir el estrés:
– Identifica la causa del estrés.
– Evalúa qué está en tus manos para hacer y disminuir el estrés.
– Haz ejercicio.
– Evita el consumo de tabaco, café o alcohol.
– Técnicas cognitivo-conductuales.
– Técnicas de relajación.
– Busca ayuda profesional.
– Realiza actividades que disfrutes realizar.
– Duerme bien.
– Busca el equilibrio entre actividades recreativas y responsabilidades.
Recuerda buscar siempre ayuda profesional.