Don Maxi, como con mucho gusto le llaman de cariño, es una persona que cada día busca llevar el pan a la mesa de una manera honrada.
Al compartirnos un poco de su vida, ha señalado orgulloso que se encuentra trabajando como cuidador de vehículos en una conocida tienda departamental del norte de la ciudad, pues aunque varios han sido sus intentos por colocarse en una empresa, la común limitante que le ponen dichos centros de trabajo es la edad.
Más a sus 52 años él se siente capaz de realizar cualquier actividad física que se le solicite y en pleno uso de sus facultades. Actualmente se ofrece como cuidador de vehículos o lavador, y nos comenta que en un buen día de trabajo desde las nueve de la mañana hasta las ocho de la noche, puede recibir entre trescientos y cuatrocientos pesos.
Pero en un día tranquilo o de baja afluencia, el recibe un aproximado de cien a ciento veinte pesos, eso sin contar las condiciones del día, estando bajo el rayo del sol , o sorteando las aún presentes lluvias.
Eso no es excusa para que Don Maxi busque llevar el pan a la mesa, y siga al pendiente de su familia, siendo una esposa y un hijo quienes dependen de él.
Es de admirar y reconocer la labor de personas como Don Maxi, que aún cuando ven puertas cerradas por cuestiones de edad, se permiten buscar sus propias oportunidades de una manera honrada y cuidando las propiedades de quienes optan con gusto de regalarles una retribución por su esfuerzo.
