Lejos de perder vigencia, esta voz que se eleva año tras año, se ha convertido en un gran símbolo del impacto social que tuviera el movimiento estudiantil de 1968.
Fue el 2 de octubre de 1968, cuando en la Ciudad de México sucedió uno de los acontecimientos más atroces, en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, provocando la muerte de más de 300 personas.
Considerado como uno de los hechos más brutales en contra de la humanidad, perpetrados por el gobierno de México, encabezado en ese entonces por Gustavo Díaz Ordaz, en contra de los estudiantes y que se caracterizó por las detenciones masivas, arbitrarias e ilegales, realizadas durante este período.
Con la consumación de esa terrible matanza el Estado Mexicano realizó graves violaciones a los derechos humanos de la población:
• Derecho a la vida
• Derecho de libre expresión
• Derecho a la seguridad jurídica
• Derecho a la libertad
• Derecho a la legalidad
• Derecho a la procuración de justicia de los agraviados y sus familias
• Derecho a la integridad personal
• Derecho a la protección contra la detención arbitraria
Es común observar, cada año a diferentes organizaciones y colectivos realizando marchas, no obstante en 2020 el escenario fue diferente, debido a la pandemia mundial que se suscitó y que hoy día sigue vigente, por lo que el año pasado esta actividad se suspendió; sin embargo en este 2021 el panorama cambiará pues diversas asociaciones anunciaron que marcharán y llevarán a cabo varias actividades como mítines y sobre todo, un minuto de silencio en memoria de los estudiantes caídos.
Hoy en día, la frase “¡Dos de octubre no se olvida!” es un grito en contra de la impunidad, el olvido y la amnesia colectiva. Quedan muchas preguntas sin respuesta, pero lejos de perder vigencia, esta voz se ha convertido en un gran símbolo del impacto social y cultural que tuvo el movimiento estudiantil de 1968 y que desde entonces y hasta siempre dejará una herida imposible de cerrar.