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Desde las ocho de la mañana   ya estaba concentrado más de un centenar de personas haciendo filas a las afueras de la empresa Weldor, en la colonia san juan de la presa, para recargar sus tanques de oxígeno, y llevarlo de forma urgente a uno y, en otros casos, hasta dos o tres familiares enfermos por coronavirus, muchos de ellos graves.

Eduardo Zavala, de la colonia Nativitas, comentó que había llegado desde las siete de la mañana, y el tanque le había salido en cinco mil pesos, usado, porque el nuevo le salía en nueve mil pesos.

“Por los familiares se da la vida. El tanque es para mi abuelita, y cada vez que lo recargo me cuesta 250 pesos, pero espero que mi abuelita mejore, porque sí está muy delicada”, comentó mientras esperaba que le llenaran su tanque de oxígeno.

Hugo Ramírez, por su parte, comentó que desde las tres de la mañana salió de la comunidad de Cárdenas y de las 50 fichas que entregaron para tanque grande, le había tocado el número 28.

“Lo que no me parece justo, es que vienen compañías para revender los tanques, ya sea grandes o chicos, y eso no es justo, porque se están aprovechando del dolor de la gente. Cosa distinta es cuando una persona trae dos o tres tanques, porque tienen a esos familiares enfermos, todos a la vez”, denunció.

Alberto Castillo dijo venir desde Juventino Rosas por un tanque de oxígeno para su mamá, quien se encontraba grave, y por ello estaba desde las 5 de la mañana.

“Es la segunda ocasión que vengo, y lo seguiré haciendo, porque todos estamos muy preocupados por mi mamá. Y conozco a gente que tiene hasta tres enfermos en casa”, comentó.

Por su parte, la señora Alicia Aguilar, de la comunidad de Loma de san Antonio, dijo que los tanques de oxígeno se agotaron, y el único que pudo conseguir es un tanque pequeño, y por ello tiene que acudir una vez por día, y es para su esposo que está delicado.

También, la señora Claudia Arce, de la colonia San José, comentó que el tanque de oxígeno es para su papá, quien se encuentra delicado, y debido a que ha ido a todas partes para comprar un tanque nuevo, o usado, pero se encuentran agotados, una amiga le prestó el tanque, porque también lo había usado para, como ella, un familiar con coronavirus.

Reportero

Jesús Acosta León