Con casi dos años en pandemia por COVID-19, los salmantinos han salido adelante a regañadientes, entre falta de empleo, cierre de negocios, clases virtuales y demás situaciones propias de esta alerta sanitaria.
Dentro de los “nuevos gastos” que se suscitan, derivados de la mencionada contingencia, se encuentran los cubrebocas y el alcohol en gel, principalmente; situación que definitivamente afecta el bolsillo de las familias salmantinas.
El señor Carlos se dedica a la venta de productos de limpieza a granel, y dentro de su catálogo, se encuentra el alcohol en gel: “Varía el costo, a veces está en $70.00 el litro y en ocasiones más caro, pero es de lo que más se vende, antes de la pandemia era mucho más barato”, nos comparte.
En tiendas departamentales, se encuentra desde los 150 pesos y hasta los $470.00 por litro; dependiendo de la marcas y presentación.
Otro de los accesorios que hoy en día se han vuelto imprescindible es el cubrebocas, mismo que por pieza se puede encontrar en cinco pesos en cualquier negocio del municipio; sin embargo, en tiendas departamentales, los paquetes de 50 piezas de tapabocas desechables, tienen un costo de entre $80.00 y 200 pesos, dependiendo de la marca; mientras que en plataformas digitales, se venden en distintos precios, ya sea $340.00 por 200 piezas, mil pesos por mil unidades, 90 pesos por 50 unidades, etcétera.
De igual manera, hay quienes optan por los cubrebocas reutilizables, los cuales tienen un costo desde los 60 y hasta los 300 pesos por pieza; mientras que los KN95 rondan al menos, los 10 pesos por unidad.
Esta nueva normalidad, demanda un mayor esfuerzo para las familias, ya que cada integrante debe contar con su mascarilla, además de el uso constante de alcohol en gel y evidentemente representa un gasto.
Tomando en consideración los cubrebocas desechables, entendiendo que se debe usar uno por día, y tomando como base los 5 pesos por unidad, hablamos de aproximadamente 300 pesos por mes, lo que representa un gasto por ciudadano de alrededor de 3 mil 600 pesos por año; no cabe duda que la situación se torna difícil y la población salmantina busca la mejor alternativa para cubrir estas necesidades que hoy por hoy son nuestra nueva normalidad.