Para mantener los riñones sanos se recomienda un examen general de orina y una prueba de química sanguínea y así descartar o detectar oportunamente la enfermedad renal crónica que podría derivar, incluso un trasplante de riñón.
Estos estudios de laboratorio ayudan a detectar el exceso de proteínas o glóbulos rojos en la orina, y de ser necesario iniciar un protocolo de pruebas para identificar el estado de los riñones, ya que solo se presentan síntomas de la enfermedad cuando está muy avanzada.
La salud renal es fundamental, porque los riñones filtran los desechos y el exceso de líquidos en la sangre, razón por la que se llama a no recurrir a la medicina alternativa, debido a que no sirven para la cura de este padecimiento y solo retrasa la atención de quienes padecen fallas renales.
El tratamiento de este padecimiento, especificación de cada caso, solo puede ser determinado por un especialista, y es de suma importancia que el paciente se apegue al tratamiento indicado para el control de la enfermedad que causó la falla renal.
Debido a que la enfermedad renal está asociada a una gran diversidad de complicaciones, como diabetes, hipertensión y obesidad, la institución invita a llevar a cabo un control de la presión arterial y el colesterol alto.
Así como evitar malos hábitos como el sedentarismo y tabaquismo, realizar actividad física diaria, reducir el consumo de sodio y bebidas carbonatadas, además de no ingerir medicamentos que pueden dañar los riñones.