Este miércoles 8 de marzo por tercer año consecutivo, cientos de mujeres salmantinas caminaron en las calles de Salamanca, exigiendo justicia, respeto y seguridad para sí mismas, sus hermanas, amigas y conocidas durante la marcha feminista de este 2023.

La calle Zaragoza, principalmente, fue cubierta con pancartas y símbolos, paliacates y correas moradas; imágenes de las víctimas también formaron parte de la caminata; gritos, canciones y consignas mantenían amenizadas las calles del centro de Salamanca por donde los contingentes caminaron.

Al llegar a las instalaciones de la Presidencia Municipal de Salamanca las chicas que formaron parte de la marcha feminista de este 2023, colocaron todas las pancartas, banderas e imágenes con las que hicieron su recorrido.

Dicha actividad es conocida como ‘Iconoclasia’, una manera de manifestación con la que buscan la destrucción de símbolos o monumentos que tengan fines políticos o ideológicos.
Sin embargo, esta práctica no es exclusiva del feminismo, pues diversas manifestaciones llevan a cabo la iconoclasia para denotar su sentir a las ideologías ya establecidas.

Cabe señalar que, dicha forma de manifestación establece específicamente en el artículo 6 de la ‘Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos’ que “La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público”.

Entre el vandalismo y la iconoclasia existe una brecha importante, pues el vandalismo no tiene en realidad ninguna motivación, sino que se basa en el desconocimiento y la falta de cultura por parte de quien realiza dichas acciones, mientras que la iconoclasia es una manera de manifestación que destruye el arte y la cultura ya sea con una finalidad política, religiosa o social.

En el siglo VIII fue el emperador bizantino León III quien impulsaría el movimiento iconoclasta, fomentando a través de diversas leyes, la revolución a través de esta práctica, terminando así con el culto a las imágenes y promoviendo de esta manera una mejora en la moral pública.