Las dislipidemias son un conjunto de enfermedades caracterizadas por alteraciones en la concentración de las grasas sanguíneas en niveles que involucran un riesgo para la salud: colesterol total (CT), colesterol de alta densidad (HDL o colesterol bueno), colesterol de baja densidad (LDL o colesterol malo) y triglicéridos.
“Prevenir los problemas cardiacos es meta prioritaria en México, ya que es la primera causa de muerte, por lo que las concentraciones de colesterol y triglicéridos deben ser medidas en todo adulto y ser parte de la revisión médica periódica”, informó Sigrid Pimentel Martín, nutrióloga de la Secretaría de Salud Jalisco (SSJ).
Señaló que “lamentablemente no existen síntomas específicos para detectar las dislipidemias, por lo que éstas pertenecen a la categoría de los denominados enemigos silenciosos, puesto que los síntomas son muy escasos. Por ejemplo, pueden presentarse depósitos de grasa en piel o tendones, fatiga, zumbido de oídos y dolor ardoroso en miembros inferiores, de ahí la importancia de estar en constante chequeo médico para detectar a una temprana etapa el problema”.
Las causas más comunes de dislipidemias son: consumo excesivo de grasas y azúcares, factores hereditarios, sobrepeso y obesidad, diabetes mellitus, hipotiroidismo, algunos medicamentos y el consumo excesivo de alcohol.
Los valores que se toman en cuenta para realizar un diagnóstico son: triglicéridos mayor a 150mg/dl y colesterol mayor a 200mg/dl.
Una vez diagnosticado el paciente con alguna dislipidemia debe seguir ciertas recomendaciones médicas como:
-Acudir a control con su médico, de preferencia endocrinólogo.
-Adquirir un estilo de vida saludable (ejercicio, régimen alimenticio).
-Alcance de su peso ideal.
-Evitar el tabaco y el alcohol.
-Si es necesario, hacer tratamiento con medicamentos.
Las complicaciones más frecuentes en las dislipidemias son: infarto al corazón, infartos cerebrales, pancreatitis, cálculos (piedras) en la vesícula, engrosamiento y taponamiento de arterias y también promueven el desarrollo de diabetes mellitus e hipertensión arterial.
Recomendaciones nutricionales
- Disminuir el consumo de alimentos donde se combinen los azúcares con las grasas, como por ejemplo, pan dulce, helados, chocolates, pasteles y otros productos de repostería y panadería.
- Recordar al paciente las diferentes alternativas que existen de preparación de alimentos sin necesidad de utilizar grandes cantidades de aceite, como hornear, asar o hervir los alimentos en vez de freírlos, capearlos o empanizarlos.
- Preparar los frijoles y el arroz sin manteca, tocino u otros embutidos con alto contenido en grasa.
- Usar aceite en aerosol o pequeñas cantidades de aceite vegetal o de margarina para cocinar.
- Incluir carnes magras y quitar todos los excesos de grasa visible antes de su consumo, así como la piel en el caso del pollo.
- Moderar el consumo de carnes procesadas y embutidos (jamón, longaniza, chorizo, mortadela, salchicha, salami, etcétera).
- Preferir el consumo de lácteos descremados, por su bajo aporte de grasa (yogurt, leche de vaca o de soya, queso panela, queso fresco, queso ricota o canasto y requesón).
- Las infusiones de hierbas sin azúcar y las especias y hierbas para cocinar (como la canela, clavo, ajo, tomillo, romero, comino, chile en polvo, etcétera) pueden consumirse libremente. Únicamente deberán limitarse o evitarse si existe la presencia de gastritis.
Menú para escolar
Tacos de pollo con verduras (2)
Tortilla de maíz 1 pieza
Pollo deshebrado 30 gramos
Chile poblano 3 cucharadas
Calabacita 2 cucharadas
Jitomate 2 cucharadas
Aceite ½ cucharada
Uvas 27 piezas
Leche semidescremada 1 taza 240ml
Tip del día
Come saludable incluyendo un alimento de cada grupo en cada comida y no olvides realizar actividad física.