El tabaquismo es una enfermedad que se produce principalmente por la adicción a la nicotina, y debido a que el cerebro del niño y del adolescente está en desarrollo hasta los 21 años de edad, la dependencia a la nicotina se puede generar más rápidamente que en el resto de las personas.
Generalmente los fumadores empiezan a consumir cigarros durante la pubertad y adolescencia, edad en la que se genera un doble riesgo, porque además de aumentar la posibilidad de que se convierta en adicción, el consumo de cigarrillos puede convertirse en la puerta de entrada al consumo de otras sustancias psicoactivas como el alcohol y la mariguana.
En México hay 17.3 millones de fumadores, 12.1 millones son hombres y el 5.2 mujeres. Sin embargo, está incrementando el consumo de tabaco en los jóvenes de 12 a 17 años.
El cigarro contiene más de 4 mil sustancias tóxicas, y una de ellas es la nicotina, que es la que hace adicta a una persona que fuma.
Los componentes que se encuentran en el humo de tabaco producen enfermedades del corazón, pulmonares, como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), cerebrovasculares, diabetes y diferentes tipos de cáncer, sobre todo de pulmón, colorrectal, próstata y mama.
La exposición al humo de tabaco produce daños similares a la de un fumador.
Además, las personas embarazadas adictas al tabaco, tienen el riesgo de sufrir un aborto espontáneo, parto prematuro, o que su bebé nazca con bajo peso.
Para dejar de fumar no sólo se necesita voluntad. Habitualmente el 70 por ciento de los fumadores desean dejar de consumir tabaco, pero sólo el 10 por ciento lo logra, por lo que es fundamental solicitar terapia adicional.
Existen clínicas especializadas, donde se ofrecen tratamientos médicos específicos de acuerdo con las necesidades de cada paciente.