Incluso el último día del 2024, continúan las quejas por tráfico, basura, malos olores y ambulantes en el mercado Tomasa Esteves y su periferia.
De forma reiterada, los salmantinos se quejan por la mala imagen que el recinto comercial más importante de Salamanca proyecta: el mercado Tomasa Esteves. Los reportes son constantes y giran en torno a las malas condiciones en las que se encuentra la infraestructura, el exceso de tráfico, la contribución de las combis y taxis al congestionamiento vial, el exceso de puestos a las afueras del inmueble y, principalmente, el siempre presente problema de la basura, que genera un foco de infección y malos olores, lo que, según la ciudadanía, en ocasiones es insoportable.
Aunque este escenario y sus reportes correspondientes se presentan a lo largo del año, para el cierre de este 2024, y con motivo de las compras finales, el caos se ve intensificado. La mayoría de los consumidores coinciden en que, por un lado, se deben mejorar las instalaciones y, por otro, tomar medidas para evitar la saturación tanto de automóviles como de puestos a las afueras del mercado. Sin embargo, resaltan que lo urgente es atender el problema de la basura, asegurando que el lugar parece un “tiradero”.
La señora Blanca destacó que el desorden que se observa tanto en los pasillos del recinto como en el exterior pone en riesgo a la ciudadanía, ya que no hay forma segura de transitar debido a la gran cantidad de colectivos, taxis, motocicletas y autos que circulan. Relató que en una ocasión, debido a los desechos derramados en el suelo, casi se cayó, lo que podría haberla lesionado, y señaló que al realizar sus compras con sus dos pequeños hijos, también ellos corrían peligro.
El pan de cada día
Las unidades de transporte público suben y bajan a personas en zonas no destinadas para ello, mientras que los taxistas se estacionan en el centro de la calle, olvidando a veces el uso de los intermitentes para dar aviso. Los compradores, por su parte, demoran incluso minutos mientras suben lo adquirido, lo que genera la molestia de los automovilistas que vienen detrás. Los motociclistas surfean entre autos y peatones, lo que puede causar un accidente.
Por otro lado, el contenedor de basura siempre está a tope, y sobre el piso puede haber desde agua, jabón y hasta grasa, volviendo peligroso caminar por esa zona. Los malos olores que esto desprende son insoportables, mientras que los comerciantes externos acumulan basura en los camellones y banquetas, que, aunque el camión recolector pase en repetidas ocasiones, parece que no se da abasto.
Finalmente, los puestos afuera del mercado: ya es complicado en el interior, pero afuera la situación no es mucho mejor, y aún peor si se suma el hecho de que muchos puestos casi se fusionan con el flujo vehicular, generando caos vial y dificultando el paso de los peatones.
La ciudadanía requiere una mejora urgente de este espacio comercial o, como en algún momento lo propuso la autoridad, un nuevo recinto, mejor equipado, que satisfaga las necesidades viales y peatonales, mejore la imagen urbana, evite accidentes y ofrezca instalaciones dignas tanto para comerciantes como para consumidores.