En este Jueves Santo, una multitud de creyentes de Salamanca y más allá, se congrega con fervor para honrar al Señor del Hospital, reconocido como un símbolo de milagros y bendiciones. Desde tempranas horas, peregrinos emprenden su viaje hacia el Santuario Diocesano, buscando el consuelo y la gracia del Señor. Este día sagrado es testigo de la fe inquebrantable de aquellos que caminan kilómetros para agradecer por los milagros recibidos, encontrando en la imagen del Cristo Negro un refugio espiritual y la promesa de esperanza renovada.
Hoy, miles de creyentes provenientes de Salamanca, así como de municipios aledaños y hasta de todo el país y de otros países, se congregan con una profunda fe para visitar al Cristo Negro.
Desde las primeras horas del día, peregrinos salen de sus hogares y emprenden una caminata hacia el Jardín Principal, donde veneran la sagrada imagen del Cristo Negro con devoción. Entre los fieles se encuentran personas locales y también visitantes de Irapuato, Valle de Santiago, Guanajuato, Cortazar, Juventino Rosas, Villagrán, así como de diversos estados de la república e incluso compatriotas que residen en Estados Unidos, quienes aprovechan unos días de vacaciones para expresar su gratitud al Señor, visitar su tierra natal y reunirse con sus seres queridos.
En este día tan especial, el Santuario Diocesano del Señor del Hospital abre sus puertas desde las 5:00 hasta las 21:00 horas, recibiendo a los creyentes con los brazos abiertos. Los grupos pastorales ofrecen de manera gratuita atole, café, té, pan y galletas, con el propósito de reconfortar a los peregrinos que han recorrido largas distancias para expresar sus agradecimientos al Cristo Negro por los favores recibidos a lo largo del año, como la salud, el trabajo, la familia y el amor. Es un día de profunda fe y encuentro espiritual para todos aquellos que se acercan con corazones llenos de esperanza y gratitud.